Los productores daneses deberán pagar un impuesto al carbono a partir de 2030, con el objetivo de reducir las emisiones en el sector agrícola. Habrá una exención fiscal para productores climáticamente eficientes.
Después de cinco meses de intensas negociaciones, el gobierno danés decidió poner en marcha un impuesto al carbono agrícola, que será pagado por los agricultores. Se trata del primer impuesto de su tipo en todo el mundo. La Unión Europea hace punta en la ola verde y suma sustentabilidad a sus políticas.
A partir de 2030 este impuesto climático sobre la agricultura se cobrará a 300 coronas danesas (40 euros; 43 dólares estadounidenses) por tonelada de CO2e producida, y aumentará a 750 coronas danesas (100 euros; 107 dólares estadounidenses) para 2035, publicó Ocla en base al newsletter de Dairy Global.
Sin embargo, se aplicará una deducción básica, o exención fiscal, del 60% a las emisiones promedio de los diferentes tipos de ganado, lo que brindará una ventaja económica a los agricultores climáticamente eficientes. Tras esta reducción, los agricultores pagarán 120 coronas danesas (16 euros; 17 dólares estadounidenses) por tonelada de CO2e en 2030, y 300 coronas danesas en 2035.
Dinamarca es un gran exportador de productos lácteos y porcinos, y las emisiones agrícolas representan el 22,4% de las emisiones totales de carbono del país, en comparación con el 15,6% hace diez años.
Desde el medio ambiente y las emisiones hasta el bienestar y la alimentación. Muchos factores juegan un papel importante en cómo gestionar mejor las vacas lecheras para poder cultivar de forma sostenible. Aquí analizamos todo, desde el amoníaco hasta las emisiones de carbono y el metano. En términos numéricos, Dinamarca tiene 547.000 vacas lecheras, en 2.300 explotaciones, que producen 5.870 millones de kg de leche al año. Tiene alrededor de 900.000 cabezas de ganado vacuno y de otro tipo, así como 11,5 millones de cerdos.
Los expertos creen que el impuesto al carbono recortará 1,8 millones de toneladas de producción de carbono en su primer año de funcionamiento, lo que permitirá a Dinamarca cumplir su objetivo de reducir el 70% de sus emisiones totales para ese año.
Esta audaz medida llega con el acuerdo entre el gobierno de coalición y varios organismos agrícolas daneses y probablemente sentará un precedente a seguir por otros países.
- DINERO RECAUDADO DE IMPUESTOS
Trascendió que el dinero recaudado por este impuesto al carbono regresará al sector agrícola para mejorar las iniciativas ecológicas y la tecnología climática. Se han hecho llamamientos para garantizar que esta recaudación de impuestos esté regulada y que sea posible alinearse con un sistema de comercio de emisiones a nivel de la UE.
Peder Tuborgh, director ejecutivo de Arla Foods en Dinamarca, dijo: “A lo largo del proceso dijimos que Arla, los agricultores de Arla y los daneses básicamente quieren lo mismo; que tengamos buena comida danesa, de alta calidad y con una huella climática baja. «Es positivo que ahora exista un acuerdo de amplia base que nos brinde la oportunidad de mirar hacia el futuro», alertó.
Además de la introducción del impuesto al CO2, el acuerdo incluye financiación para el establecimiento de más bosques en Dinamarca y una mayor restauración de turberas para garantizar agua potable, con una clara ambición de cumplir con la Directiva Marco del Agua de la UE.
Mientras tanto, agricultores de todo el mundo recurrieron a las redes sociales para comentar sobre el impuesto. Algunos lo llamaron “un verdadero momento decisivo para la agricultura”, mientras que otros dijeron: “Tomen nota, esta tontería también nos llega a nosotros”. Un productor lechero irlandés dijo: “Un gobierno minoritario danés de socialdemócratas apoyado por un partido verde; empujando al granjero a la quiebra”.