La pobreza alcanzó al 39,4% de la población del Gran Rosario en el primer semestre del año y la indigencia al 10,6%. Ambas tasas descendieron respecto de un año atrás, aunque subieron en relación a las cifras de fines de 2020. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el aglomerado hay 522.992 pobres,de los cuales 140.774 son indigentes.

A nivel nacional, la población que no alcanza a cubrir con sus ingresos la canasta de pobreza llega al 40,6% del total. La tasa es alta pero igualmente representa una reducción desde el 40,9% de hace un año y el 42% de hace seis meses. El porcentaje de pobres que no pueden adquirir los alimentos básicos, subió dos décimas. Del 10,5% correspondiente tanto al primer como al segundo semestre del año pasado, hasta el 10,7% que se dio a conocer ayer.

El Indec contó en el país 11,7 millones de personas en situación de pobreza millones de personas y 3,1 millones de personas bajo la línea de indigencia. La mayor tasa la tiene el Gran Resistencia (51,9%), seguida de Santa Fe (50,5%), Santiago del Estero (50,2%), San Nicolás – Villa constitución (47,1%), Formosa (47%), Córdoba (46,6%), Tucumán (46,2%), San Luis (44,3%), Mendoza (43,7%) y los partidos del Gran Buenos Aires (45,3%).

A nivel nacional, el 54,3% de las personas de hasta 14 años son pobres. Entre 15 y 29 años, el 48,5% se encuentra en situación de pobreza. Lo mismo el 36,3% de quienes tienen entre 30 y 64 años. Por arriba de 65 años, el 13,8% es pobre.

La medición de pobreza que realiza el Indec es por ingreso. A partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la misma con la que se relevan los índices de empleo y desempleo, toma datos sobre el ingreso que declaran los encuestados. Luego se los compara con las canastas básica total (el conjunto de bienes y servicios que debe cubrir para no ser pobre) y alimentaria total (los alimentos básicos que necesita adquirir para no ser pobre).

De esta forma, influye en la medición la evolución del ingreso de los encuestados (asociado a factores como el empleo y de los salarios) y el aumento de los precios. Los resultados que difundió ayer el organismo de estadística permiten inferir que en el año que va entre el primer semestre de 2020 y el mismo período de 2021, el pico que alcanzó la tasa de pobreza comenzó a ceder de la mano de la recuperación del mercado de trabajo, asociada a la reapertura de actividades y la reactivación económica.

En cambio, cuando se compara la tasa de pobreza del final de 2020 con la del primer semestre de 2021, aparece un deterioro asociado a la inflación. La meta anual que se había fijado el gobierno como aumento del índice de precios se consumió casi totalmente al momento de realizarse la última medición de pobreza. Y los salarios, pactados dentro de esa pauta, recién comenzaron a reactualizarse en el segundo semestre. El pico inflacionario de este año fue marzo. Luego bajó lentamente pero en forma constante pero recién el mes pasado perforó el piso del 3% .

Pareciera que en la medición anual, la carrera contra la recesión les permitió a la actividad y el empleo influir para que baje el índice de pobreza e indigencia. En cambio, en los primeros seis meses del año, la inflación le pegó una paliza al salario que se reflejó en el cálculo semestral de estos indicadores. La tasa de indigencia es la que refleja más crudamente el feroz impacto del aumento de los alimentos en ese período.

Este análisis corresponde al Gran Rosario. A nivel nacional, la a tasa de pobreza se redujo tanto en la comparación anual como en la semestral. Pero es importante aclarar, en este punto, que a fin del año pasado ese indicador era del 42% para los 31 aglomerados y de 38,3% para el nivel local. Hoy mismo, en la región está 1,2 punto por debajo del promedio del país.

La foto de la primera mitad del año muestra en la ciudad y su conurbano un nivel de pobreza que alcanza a 130.406 hogares, 10.785 menos que hace un año, y 522.992 personas, 28.810 menos que doce meses atrás. En cuanto a la indigencia, 8.502 hogares con 35.392 personas salieron de esa situación.

La crisis social que disparó los indicadores de pobreza tiene fecha de inicio en 2018, cuando el endeudamiento tomado por el gobierno de Mauricio Macri se hizo imposible de pagar, lo que dio origen a una brutal salida de dólares, a una megadevaluación y una depresión económica.

En un año el porcentaje de población pobre subió diez puntos porcentuales, del 25% al 35%.

A la crisis se sumó en 2020 la pandemia y las restricciones sanitarias. El mismo indicador subió otros siete puntos. Y según el Observatorio de la Deuda Social (Obdsa) de la Universidad Católica Argentina (UCA), la intervención estatal, que volcó recursos equivalentes al 7% del PBI, evitó que se adicionaran otros 10 puntos porcentuales al nivel de pobreza.

(Fuente: La Capital)