La plaza accionaria argentina opera en negativo y retoma el ajuste de precios después de una firme suba en enero. En el exterior los mercados negociaban con ganancias, un día después de que la Reserva Federal estadounidense (Fed) reforzara su opinión de que el aumento de las tasas de interés mundiales está cerca de su fin.
Los indicadores de Wall Street ascienden hasta 3%, encabezados por el promedio Nasdaq de acciones tecnológicas.
El índice accionario líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cede un 0,8%, a 250.000 unidades a las a las 13:30 horas, tras perder un 1% en la sesión previa. El S&P Merval, marcó en enero un nivel máximo histórico de 267.244 unidades y acumuló un alza del 25,5% en pesos en el primer mes del año.
En cambio, los bonos Globales del canje, con ley extranjera, suben otro 1,5% en Wall Street, mientras que el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, cede 28 unidades para la Argentina, a 1.791 puntos básicos, el nivel más bajo desde el 27 de abril del año pasado.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ofreció un mensaje claro el miércoles: por “gratificante” que sea que la inflación haya empezado a desacelerarse, el banco central no está ni cerca de dar marcha atrás o declarar la victoria.
«Va a llevar algún tiempo» que la desinflación se extienda por la economía, dijo Powell en una rueda de prensa tras la última subida de las tasas de interés de la Reserva Federal en un cuarto de punto. Agregó que espera un par de subidas de tipos más todavía y que, «dadas nuestras perspectivas, no nos veo recortando tasas este año».
Los inversores le ignoraron, manteniendo las apuestas a una subida más de tasas y apostando aún más a que los tipos serán más bajos a finales de año de lo que son ahora.
No está claro qué opinión será la correcta: ni la Reserva Federal ni los mercados tienen un gran historial de predicción desde que el banco central inició la actual ronda de subidas de tasas el pasado mes de marzo.
Los mercados han tenido que descartar repetidamente las apuestas por un giro rápido, alejando esas expectativas a medida que el banco central seguía adelante con el endurecimiento más agresivo de su política en 40 años.
Por su parte, los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal fueron aumentando cada trimestre del año pasado sus propias estimaciones sobre la subida de las tasas de interés a medida que la inflación se mostraba más fuerte y sólida de lo previsto. Ni una sola vez señalaron que los tipos se recortarían este año.
La forma en que se resuelva la actual desconexión dependerá en gran medida de si la inflación cae más rápido de lo que espera el banco central o de si los mercados laborales se suavizan más de lo esperado.
“El resultado real depende de los datos, y no dispondremos de ellos para confirmarlo o desmentirlo (…) hasta que nos adentremos en el primer semestre del año”, afirmó Tim Duy, economista jefe para Estados Unidos de SGH Macro Advisors.
(Fuente: Infobae)