Luego de que los estados productores de crudo decidieran mantener sus niveles de bombeo sin cambios, el precio internacional del barril de petróleo subió este lunes más del 2%.

El precio internacional del barril de petróleo subió este lunes más del 2% luego de que los estados productores de crudo decidieran mantener sus niveles de bombeo sin cambios, a pesar del aumento de la demanda, lo cual encaramó al Brent por encima de los 81 dólares, su nivel más elevado desde 2014.

El barril de la variedad WTI subió 2,3% para cerrar en 77,60 dólares mientras que el tipo Brent, de referencia para la industria local, ganó 2,5% y se pactó en 81,30 dólares, según cifras suministradas por el New York Mercantil Exchange (NYMEX).

En un comunicado emitido en Viena, el cartel petrolero señaló que «en vista de los fundamentos actuales del mercado del petróleo y el consenso sobre sus perspectivas, la OPEP y los países productores de petróleo participantes que no pertenecen a la OPEP resolvieron reconfirmar el plan de ajuste de producción y el mecanismo de ajuste de producción mensual».

Esos lineamientos habían sido aprobados en la XIX Reunión Ministerial OPEP y no OPEP y la decisión de ajustar al alza la producción general mensual en 400.000 barriles diarios, para el mes de noviembre de 2021.

De esta manera, la OPEP y sus aliados han decido mantener por ahora su política de cautela, pese a la fuerte subida de los precios del petróleo en las últimas semanas, y volverá a analizar la situación de mercado cuando celebre la 22a Reunión Ministerial el próximo 4 de noviembre.

Para los analistas, la decisión de la OPEP+ no es casual ya que el cartel es consciente de que se va a producir una escasez de oferta, de una caída en las reservas globales y de los trabajos de mantenimiento en muchas plantas petroleras.

Los inversores consideran que el precio por encima de los 80 dólares va a acelerar los costos de la energía y eso va a impulsar los niveles de inflación en todo el mundo.

De todas formas, muchos atribuyen a la salida de los confinamientos provocados por la pandemia del coronavirus como el factor de desajuste entre la oferta y la demanda, ya que ésta última se ha recuperado más rápido que los bombeos de los países productores.

Para los operadores, el problema recién comienza y la presencia de especuladores en el mercado hace que los precios se aceleren aún más.

Los inversores creen que hay un apalancamiento en operaciones de compras de futuros y muchos han comenzado a reclamar a quienes celebraron esos contratos las garantías y los fondos de coberturas para evitar una mayor volatilidad.

Los inversores consideran que el precio por encima de los 80 dólaresva a acelerar los costos de la energía y eso va a impulsar los niveles de inflación en todo el mundo.

El petróleo está siendo impulsado por la demanda del gas, especialmente, desde Europa y desde China y el sudeste asiático, que es utilizado para alimentar las plantas generadoras de electricidad.

Muchos países han optado por dejar que los precios de la electricidad se eleven, lo cual va a impactar en el bolsillo de millones de consumidores y aumentará los niveles de inflación.

Otros países como el caso de China, han apelado a los cortes de luz programados para evitar que la demanda de los particulares eleve el precio de la energía que se utiliza en la industria.

El precio del gas ha aumentado de manera significativa en los últimos meses y los operadores prevén que los aumentos puedan ser mayores de cara a lo que se espera sea un invierno muy duro en el hemisferio norte.

Los precios del gas natural, la forma más común de calentar los hogares y una de las principales fuentes de combustible para la generación de electricidad, han aumentado este lunes 3,5% y acumulan un incremento superior al 180% en los últimos 12 meses hasta alcanzar los actuales 5,90 dólares por millón de unidades térmicas británicas (BTU por sus siglas en ínglés), el nivel más alto desde desde febrero de 2014.

El riesgo es que un invierno temprano o unas temperaturas otoñales extremadamente frías obliguen a los hogares a subir la calefacción. Eso reduciría aún más las reservas de gas natural del país, que están por debajo de la media, y podría elevar aún más los precios. (Fuente: Télam)