Un equilibrio macro, sin tanto perjuicio social y humano

El economista Gabriel Weigmann analiza de manera positiva las medidas económicas anunciadas por el gobierno de Alberto Fernández, tendientes a constituir un contexto favorable para rediscutir los términos de la deuda externa • El docente e investigador considera que estos puntos son centrales, aunque la industria entrerriana esté necesitando una política de fomento más agresiva.

El licenciado en Economía Gabriel Weidmann no define como un plan económico de largo plazo las medidas adoptadas en materia económica por el gobierno que encabeza Alberto Fernández, sino como “un esquema de estabilidad macroeconómica de corto plazo para estabilizar el problema de la negociación de la deuda externa”.

En ese programa, el economista analizó dos patas. Por un lado, “la social que todavía se sigue negociando y se sigue trabajando, que busca aumentar los ingresos de las personas en relación de dependencia o de menores ingresos”. Y, por otro lado, “un esquema de estabilidad macroeconómica que permita tener mayor capacidad de negociación con los acreedores externos durante el primer semestre”, evaluó. El gobierno “aspira al equilibrio fiscal paso previo al superávit; se prevé que los aumentos del gasto público deriven en un aumento de la recaudación impositiva. Esa mayor autonomía pretende que se proyecte sobre un mejor gobierno del gasto público y la desaceleración del impacto de la inflación, a lo que también tiende el congelamiento de las tarifas por seis meses”.

A eso, Weidmann le sumó las medidas que se implementaron con relación a los dólares. “Se presenta un esquema de diferentes tipos de dólares para la economía, con el objetivo de desactivar el mecanismo especulativo para que el dólar oficial sea el que disponga el nivel de precios”.

Puntualizó que “una de las cosas que el gobierno no hizo fue poner restricciones a las importaciones a las empresas, que lo pueden hacer al dólar oficial de 63 pesos, medida que puede propiciar una cotización más estable y, subsidiariamente, controlar la inflación”.

 

LA BALANZA

En el devenir aparece como un problema el hecho que, “por un lado hay que retener dólares pero por otro hay que generar más dólares y ahí estará el plan económico que yo creo Fernández estará planteando en el mediano plazo o probablemente que pueda plantear con más comodidad cuando resuelva el tema de la deuda: un modelo que mire al crecimiento económico y a las exportaciones”.

El economista, a cargo del área de monitoreo industrial de la Unión Industrial de Entre Ríos, insistió en varios pasajes que lo que el Gobierno planteó “por ahora es equilibro fiscal para negociar la deuda en el corto plazo, antes de los seis meses” y que “en función de cómo les vaya, se podrá pensar en un plan económico de mediano plazo que probablemente busque profundización de reactivación económica y un fuerte desarrollo del sector exportador”.

Para el entrevistado, en ese esquema pueden tener mayor incidencia ministros como Matías Kulfas –Desarrollo Productivo- que ha perdido protagonismo en relación a la atención de la urgencia que protagoniza Martín Guzmán, titular de la cartera económica, en el control de la crisis y la negociación con los acreedores.

–¿Es un camino acertado el que ha iniciado el gobierno en materia económica?

–Estoy bastante de acuerdo. En el nivel de dificultad económica actual no hay mucho margen ni para proponer políticas de expansión ni para profundizar el ajuste a secas: se optó por este camino intermedio. La visión de Guzmán es hacer una buena negociación desde el principio pero, en el mediano plazo, hay que apuntar a recuperar el sector productivo. Para el sector industrial por lo pronto hubo pocos anuncios y los que hubo estuvieron más vinculados a aumento de impuestos. Y con esto del aumento salarial también van a venir dificultades para una serie de empresas que lo van a tener que afrontar y pagar.

 

ALCANCES

–¿Qué debería entenderse por corto plazo?

-En función de las medidas anunciadas, este gobierno planteó el 30 de junio como una primera medida. A partir de ahí, tendremos un panorama más claro porque, además, deberá estar terminada la renegociación de la deuda.

–¿Qué grado de tolerancia tienen los sectores y actores afectados?

–Estas medidas que tocan unos cuantos intereses todavía están siendo aceptadas. Hay quejas, claro; por ejemplo del sector agropecuario, que está en los límites de su capacidad contributiva. Pero entiendo que se le reconoce al gobierno la autoridad suficiente para intentar corregir el rumbo en esta primera etapa.

–¿Qué impacto tiene la inyección de recursos para el consumo de los sectores más relegados?

–No creo que estas medidas tengan un gran impacto en la economía en general. Es un dinero que está destinado a personas de menores ingresos que probablemente gastan en bienes de la canasta básica alimentaria total y eso quizá impulse algunos sectores en un primer momento, pero no creo que sea el gran impulso económico. Faltan otras medidas para reactivar la economía, además de incentivar el consumo interno: financiamiento en condiciones adecuadas y alivio en la carga impositiva, sin ir más lejos.

Lo que vendrá

“¿Qué podría deparar este nuevo año para el sector industrial?”, consultó EL DIARIO. “Yo creo que 2020 podría llegar a ser un poco más estable en el mejor de los casos”, señaló Weidmann, no sin agregar que “el sector industrial viene bastante apaleado” y aclarar que “en Entre Ríos hablamos de sector agro industrial”.

Para el entrevistado “el sector agrario tiene una situación mejor porque tiene mayor capacidad exportadora que si bien no es el mejor de los panoramas a nivel internacional, tiene ese alivio respecto del resto de los sectores industriales”. Fue entonces cuando consideró que “puede ser un año un poquito más estable que los anteriores, pero no será un año descollante, seguro”.

(Fuente: El Diario)

Fuente: (valorlocal.com.ar)