El Gobierno emitirá un decreto que abrirá el negocio del pago del transporte con cualquier tarjeta

La norma terminará con el monopolio de Nación Servicios en la administración de los 400 millones de pasajes que cada mes pagan los argentinos para usar el colectivo, el tren y el subte.

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El texto se está discutiendo en varios despachos del Gobierno al mismo tiempo, pero la decisión política está tomada: el Gobierno emitirá un decreto para quitarle la exclusividad a Nación Servicios y al sistema SUBE en la administración del pago de los boletos de transporte público de todo el país. Y ese será el primer paso para que todos los usuarios puedan pagar el colectivo, el subte o el tren con cualquier tarjeta de débito o crédito.

En el proyecto toman intervención la secretaría de Comercio, la secretaría de Transporte y el Banco Central, que combinan distintas competencias en la cuestión, conversan con las empresas involucradas y están sentados en la misma mesa para llevar un texto final a la firma de Luis Caputo y del Presidente Javier Milei.

El decreto en marcha derogará otro, el 84/2009, que implementó el Sistema Único de Boleto Electrónico y lo puso en manos del Banco Nación. También dejará en el camino el “convenio marco” que regulaba ese manejo monopólico por parte de Nación Servicios.

  • MODERNIZACIÓN

La reforma en marcha viene a complementar y modernizar el sistema SUBE, dañado por la falta de actualización tecnológica y que revivió las imágenes de gente haciendo filas en las estaciones, ya no para conseguir monedas sino para nominalizar su tarjeta. Una vez terminada la exclusividad de Nación Servicios, el Banco Central tendrá a su cargo otras normas más específicas, relativas a la regulación de los medios de pago.

Aún cuando el texto del decreto no está cerrado, fuentes ligadas a su elaboración aseguraron que algunas definiciones ya están firmes. La primera es que la llegada del sector privado implica un sistema abierto: los dispositivos que se ubicarán en colectivos y estaciones deberán aceptar todas las tarjetas, bancarias o de fintech, de débito, crédito o prepagas, sin ninguna distinción. No habrá marcas o bancos con exclusividades, ni siquiera temporarias.

Al haber múltiples empresas de transporte (solo en AMBA, la red SUBE tiene más de 340 líneas de colectivos), se espera que haya más de una empresa que ofrezca los servicios de provisión de lectores de tarjeta y el procesamiento posterior de los pagos. El Gobierno no intervendrá en ese tema: “que haya contratos entre privados, que los transportistas acuerden con las empresas financieras”. En ese último sector se agrupan los adquirentes (aquellos que proporcionan a los comercios el servicios de cobrar por medios electrónicos), las emisoras de tarjetas y otras empresas con capacidad tecnológica para procesar ese enorme volumen de pagos. Y los bancos, por supuesto, manejarán parte de los fondos que hoy administra únicamente el Banco Nación. Las entidades de capital local, agrupadas en ADEBA, habían publicado un documento el año pasado en el que pidieron abiertamente “la universalización de los medios de pago del transporte público”. (Fuente Infobae)

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