El representante británico del FMI llegó al país en medio de severas críticas al organismo

El economista británico del Fondo Monetario Internacional Ben Kelmanson ya está en Buenos Aires y estrenó su cargo como representante permanente del organismo en el país, confirmaron fuentes allegadas.

Kelmanson, quien reemplazó al jamaiquino Trevor Alleyne, comenzó el lunes a trabajar en las oficinas del organismo ubicadas en el centro de la ciudad, sobre la calle Paraguay.

El economista está casado con Elise Shae Goede y acaba de dejar su cargo como representante del Fondo en Turquía.

El funcionario del FMI se acreditó ante la Cancillería como representante permanente en el país el pasado 25 de diciembre y, antes de emprender su viaje a la Argentina, se entrevistó con el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello.

Kelmanson es un economista graduado en la Universidad de Leeds con 22 años de experiencia en el Fondo, y ha trabajado «en una variedad de asuntos a nivel global y regional y de políticas de la institución para economías avanzadas, de bajos ingresos y emergentes», según detalló el FMI tras la designación.

El funcionario del Fondo Monetario llega en un momento crítico en las negociaciones entre la Argentina y el FMI para alcanzar un nuevo acuerdo, y es a partir de ahora los ojos del organismo multilateral en el país.

El economista británico reportará directamente al economista brasileño-israelí Ilan Goldfajn, quien la semana pasada asumió como nuevo director para el Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional, el cargo que había dejando vacante el mexicano Alejandro Werner.

Goldfajn, por su parte, ya mantuvo una primera charla virtual con el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, la semana pasada.

El responsable técnico de supervisar el acuerdo que se negocie con la Argentina fue ex presidente del Banco Central de Brasil durante los mandatos de Dilma Rousseff y Michel Temer; es un economista de tilde ortodoxo y adherente a políticas como las metas de inflación.

Críticas al FMI

En tanto la Argentina continúa trabajando para destrabar las negociaciones al más alto nivel entre los accionistas en el FMI, y se alzaron distintas voces, ortodoxas y heterodoxas, en contra del accionar del organismo con el país, en poner resistencias para alcanzar un acuerdo.

Una es la referida a la última publicación de la revista británica The Economist.

«El préstamo fue el mayor en la historia del FMI. Ha dejado a Argentina tan comprometida con el fondo que el país necesitará un nuevo préstamo a más largo plazo para ayudarlo a pagar el actual. A pesar de su tamaño, el rescate no logró salvar a la Argentina del incumplimiento y la desesperación», reza uno de los párrafos de la nota.

La otra voz es la del premio Nobel Joseph Stiglitz, quien fustigó en contra de los países miembro del directorio del Fondo que promueven un ajuste mayor para alcanzar un acuerdo con la Argentina.

«Si bien todos deberían saber a estas alturas que la austeridad es contraproducente, es posible que algunos Estados miembros influyentes del FMI aún la defiendan», dijo el economista de la Universidad de Columbia.

Tras elogiar la «sorprendente» recuperación del país a la que calificó de «milagro económico», Stiglitz también consideró que un acuerdo típico de Facilidades Extendidas, la herramienta que tiene el FMI para negociar con el país, no es suficiente para aliviar la carga de vencimientos de la deuda.

«Un acuerdo que simplemente amplíe el plazo de amortización de 4,5 a diez años no es suficiente para aliviar las preocupaciones sobre la deuda de Argentina», consideró Stiglitz, tras recordar por otro lado que «el FMI reconoce ahora que su programa (stand-by) no logró los objetivos económicos que había establecido. La «Evaluación Ex-Post» del Fondo atribuye gran parte de la culpa al gobierno de (Mauricio) Macri».

(Fuente: Télam)