Con números por encima de las proyecciones originales, cerró la temporada 2020 de producción de arándano. El volumen total alcanzó las 18.000 toneladas. Según datos oficiales, se exportaron 11.000 toneladas de arándano fresco y 3.500 toneladas de congelado, y 3.000 se destinaron al mercado interno.

Federico Baya, presidente del Comité Argentino de Arándanos (ABC), explicó: “Los desafíos siguen siendo amplios y variados: seguir consolidando el cambio logístico al transporte marítimo para llegar con costos más eficientes al mercado y poder resistir ante la baja sostenida de precios; continuar trabajando en la calidad desde el campo para que la fruta argentina siga siendo reconocida; y, en cuanto a lo social, amplificar el trabajo realizado los últimos tres años en el desarrollo del Sistema de Cumplimiento Social, Proyecto PAR para la prevención del trabajo infantil y la protección del adolescente”.

En relación al comportamiento de los mercados, Baya explicó que Argentina viene siendo claro en la estrategia comercial que está enfocada en mejorar la calidad, aumentar la proporción de envíos marítimos y de fruta orgánica. La distribución de las exportaciones se ha mantenido este año, destinando el 65% a Estados Unidos y Canadá, el 30% a la Unión Europea y Reino Unido, y el 5% a Asia. “La demanda fue buena, pero los precios han bajado nuevamente por la presión de volumen adicional ejercida por Perú que pasó de 105.000 a 140.000 toneladas en la ventana argentina de agosto a diciembre. Nosotros seguimos apostando a un aumento de la oferta de arándano orgánico y eso nos permite diferenciarnos”.

El 40% de la producción sale de la Mesopotamia, una proporción similar del NOA, y cerca de un 10% restante de la provincia de Buenos Aires. En Entre Ríos esta producción está asentada en campos de Federación y Concordia, que comenzaron a incursionar con este fruto en 2003. La tarea de recolección moviliza a miles de personas de la región y de otras provincias. (Fuente: Uno de Entre Ríos)