La emisión monetaria cerrará el año en niveles cercanos a la pandemia

La asistencia del BCRA para financiar el desequilibrio es este año casi el triple del promedio anual entre 2004 y 2019.

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A pesar de que subsiste el debate sobre si la emisión monetaria es la principal causa de la inflación, lo cierto es que la correlación que se verifica este año parece dar la razón a quienes postulan, citando a Milton Friedman, que la inflación es “siempre y en todo lugar” un fenómeno monetario.

El Indec dará a conocer este lunes el dato de inflación de octubre, que llevará la inflación interanual a 150%, cifra récord en más de 20 años y que podría espejarse en otro récord que se verificará este año: la emisión monetaria alcanzó, en los primeros diez meses, el equivalente a 6,1% del PBI, lo que es casi tres veces más que el promedio de emisión por año desde 2004 a 2019 y se emparenta con lo ocurrido al año siguiente.

Sin ninguna otra fuente de financiamiento y con la economía totalmente paralizada durante gran parte del año en plena pandemia de coronavirus, el Banco Central emitió pesos por el equivalente a 7,8% del PBI para pagar salarios públicos y privados, crear un ingreso de emergencia y afrontar otros gastos derivados de la crisis del coronavirus.

Este año, sin el flagelo de la pandemia, con un nivel de actividad económica que se resintió y está en recesión, pero se reveló más resiliente que lo previsto, el BCRA emitió, de todos modos, apenas 1,8 puntos menos. Eso sin contar el último bimestre del año, el más deficitario en términos estacionales y que podría dejar esa relación equiparada con la de hace tres años.

“Pese al justificado aumento del déficit en el año 2020 (generalizado a lo largo y ancho del mundo) Argentina, a diferencia del resto de países, no corrigió ese desequilibrio de manera firme a partir del año siguiente. La inyección monetaria pasó de 7,8% puntos del PIB en 2020 a 5,7% en 2021, aún muy por encima de los niveles de prepandemia. En los años posteriores prácticamente no bajó de los 5 puntos del producto y en 4 años de gestión Fernández acumuló 25% del PIB”, sostuvo un informe reciente de GMA Capital.

El trabajo diferenció la emisión por asistencia directa al Tesoro como el giro de utilidades y los célebres adelantos transitorios (AT) a los que el ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró al asumir que ya no recurriría y por los que sólo en los últimos seis meses emitió $1,7 billones, de otras variantes. Por caso, la emisión para la recompra de deuda en pesos, indispensable para lograr su refinanciamiento así como también la integración de encajes con títulos públicos para lograr el mismo objetivo.

“A la economía no le importa cuál es el origen contable de esos nuevos pesos; si vienen de Adelantos Transitorios o si son producto de la recompra de deuda en el mercado secundario. En una situación como la actual, con una inflación récord y una demanda de pesos en caída, todo esto se traduce en mayor nominalidad”, apuntó la consultora financiera, y advirtió que los últimos anuncios económicos en el marco de la campaña electoral implicarán un aumento del déficit que sólo cerrará con mayor emisión monetaria.

  • DÉFICITS SOBRE DÉFICITS

El punto ya había sido advertido por Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez del Ieral, quienes consideraron que al mismo tiempo que el Gobierno busca reprimir la inflación con controles y congelamientos de precios, implementa políticas monetarias “sumamente expansivas” que la retroalimentan. Los anuncios de recomposición de ingresos tras la devaluación post PASO, calcularon, llevará el déficit primario a 2,7% del PBI. De esta manera, en los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, el déficit primario pasó de 0,4% del PBI a casi 3% en 2023.

Si bien con la reestructuración de la deuda del exministro de Economía, Martín Guzmán, se logró bajar la carga de intereses, lo que contribuye a moderar el déficit consolidado, la operación “no logró reabrir el financiamiento externo”, destacó por su parte Equilibra, la consultora fundada por Diego Bossio. Al no recuperar el crédito, con ingresos en baja y gastos en alza, la única fuente de financiamiento terminó siendo este año la emisión monetaria. Y el resultado, una inflación récord. (Fuente: Infobae)

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