El desplome de casi 75% en el precio de Bitcoin (BTC) en los últimos ocho meses -y del 40% en la última semana- puso en evidencia la fragilidad del mercado cripto ante cambios adversos en el escenario macroeconómico mundial, la existencia de un endeudamiento insostenible y la especulación desmedida en muchos de sus activos, que llevaron a que miles de millones de dólares se perdieran en las últimas semanas.

Este sábado, BTC llegó a venderse a US$ 17.600, muy lejos de los casi US$ 69.000 a los que llegó a cotizar en noviembre del año pasado e, incluso, de los US$ 40.000 a los que se vendía hasta mediados de abril, según datos del portal CoinMarketCap.

El dato más relevante se advierte en la capitalización de mercado de las criptomonedas (la suma del valor de todos los activos criptográficos): de 3 billones de dólares que llegó a valer en noviembre de 2021 bajó a menos de 800.000 millones de dólares este fin de semana.

Esto quiere decir que cerca de 2,2 billones de dólares se perdieron o salieron del mercado en tan sólo ocho meses, más del 70% del total de dinero allí invertido.

La respuesta al porqué de este fenómeno podría sintetizarse en tres factores: un cambio en el escenario macroeconómico mundial, el sobreendeudamiento del mercado y la especulación desmedida en proyectos con poco sustento.

La Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos abandonó este año su política de interés del 0% -impulsada como respuesta a la crisis del Covid- y anunció una suba tasas hasta el 1,75% -la más abrupta en 40 años- para frenar una inflación desbocada.

Esto provocó un frenó en seco al «dinero barato» en el mundo y a la codicia de muchos inversores, que habían apostado por ganancias extraordinarias con criptomonedas.

«Estamos frente a un cambio de contexto financiero global muy muy abrupto que no vemos desde desde el 2008 a nivel global. Es la consecuencia real dentro de los mercados de lo que es el mundo postcovid, reforzado por el efecto Rusia-Ucrania. Aunque, sin duda, hay factores que son intrínsecos al mundo cripto», explicó a Télam Ignacio Carballo, docente, investigador y consultor de «crypto y finanzas alternativas» de American Market Intelligence (AMI) en Estados Unidos.

En ese sentido, Carballo señaló que en 2021 se había visto un auge en los precios de muchas áreas de la industria cripto como los NTF (Tokens No Fungibles, por sus siglas en inglés), que son usados como una forma de vender arte, asi como en otras áreas de deportes o juegos en línea «que sólo asomaron solamente la punta de la iceberg».

«Son áreas que fueron valoradas sin siquiera poder demostrar casos de uso genuinos, como si tuvieran un caso de uso este absolutamente testeado y, realmente, no fue así», detalló.

Por lo tanto, cuando el dinero dejó de fluir hacia esos proyectos, la ausencia de una demanda real provocó el desplome de muchos de ellos.

Por otra parte, si bien es cierto que las criptomonedas son famosas por sus cambios bruscos de precios -en la última caída, que comenzó a principios de 2018 y duró aproximadamente dos años y medio, el precio de BTC pasó de US$ 19.000 a US$ 3.500 (- 85%)-, el colapso de proyectos de gran volumen de mercado puso en debate la fragilidad del sistema en las últimas semanas.

El más fuerte fue el que sucedió con Terra, uno de los ecosistemas más importantes del mercado cripto, que incluía un token nativo (Luna) y una moneda estable o stablecoin (UST) que, juntas, alcanzaron un valor de más de US$ 60.000 millones pero que, a principios de mayo, desaparecieron por completo por fallas propias.

Desde entonces, el pánico se apoderó de una porción grande de inversores, que empezaron a cuestionarse si era posible que otras monedas estables también perdieran su paridad con el dólar y si cabía la posibilidad de la desaparición de muchas de ellas.

Allí es cuando entró en juego el segundo factor, el «sobreapalancamiento» (endeudamiento) del mercado a partir de los préstamos colateralizados en el mercado cripto.

Para entenderlo de una forma simple: en el mercado cripto existen protocolos de préstamos que permiten, por ejemplo, tomar un préstamo por US$ 100 en stablecoins a cambio de dejar como respaldo otra criptomoneda -usualmente Bitcoin o Ethereum, aunque hay otras formas de respaldo- por un valor de al menos US$ 150.

Este sistema hace que, cuando el precio de la moneda que respalda el préstamo cae por debajo del precio mínimo fijado en el contrato, ésta se venda automáticamente en el mercado para cobrar esa deuda.

La combinación de una venta masiva por miedo entre inversores, sumado a las ventas gatilladas por la liquidación de préstamos colateralizados, explica por qué los precios de las principales criptomonedas reaccionaran de manera exacerbada en las últimas semanas.

Sin embargo, hay analistas que consideran que esta no es más que otra «limpieza» del mercado, que ocurre siempre que el precio de BTC cae en forma cíclica.

«A medida que pasan los años el mercado gana confianza. Cada vez que se dieron estas bajadas en el precio de Bitcoin se da con mínimos más altos. Eso es porque, más allá de que muchos venden y se van del mercado con miedo, hay una porción mas grande de gente que con el tiempo se queda y confía en el valor», aseguró a Télam Rodolfo Andraganes, co-fundador y Presidente de la ONG Bitcoin Argentina.

Para Andraganes, hay un error al considerar «que cripto es toda una sola cosa, y que Bitcoin y cualquier otra moneda es lo mismo y que todo tiene igual valor».

«Esto tiene que ver con la educación y que no saben qué es lo que lo hace sostenible en escenarios malos. Pero, más allá de estas crisis, Bitcoin sigue cumpliendo con las promesas que hizo», aseguró, en referencia a su emisión limitada y descentralizada, inconfiscabilidad, trazabilidad de operaciones y facilidad de transferencia a todo el mundo.

«Cada una de las caídas generó resiliencia en el sistema en forma natural, una purga de proyectos y un aprendizaje de qué es lo que funciona y qué es lo que no. Claramente es un ecosistema riesgoso, que se está construyendo. Pero hay que querer entender qué es Bitcoin, cuáles son sus caracterísitcas y qué lo diferencia de otros tokens», concluyó. (Fuente: Télam)