TENSIÓN EN EL MERCADO FINANCIERO POR EL PAGO DE $25 MIL MILLONES DE UN BONO OFICIAL

Se trata del vencimiento del BoPoMo (Bono de Política Monetaria) que tiene una tasa actualizada de 83% anual, que es la misma de las Leliq · Pero el promedio de esa deuda da un interés de 70% anual.

Como el Bopomo en pesos que vence este lunes está en pocas manos, incluido un fondo inversión de Estados Unidos, se prevé que se va a transformar en dólares a través de operaciones de contado con liquidación, que el mercado bursátil se está disputando para no perderse las comisiones.

El movimiento se va a sentir en el mercado financiero que va a asistir a una inusual triangulación de pesos, dólares billetes y bonos en dólares que están en el exterior. El contado con liquidación puede subir o no de precio. Todo depende de la paridad, porque si el dólar sube, neutraliza el alza de la paridad a que el bono cotiza en pesos a pesar de esta emitido en dólares.

Pero lo que más temen, los que van a cobrar el bono, es que el Banco Central comience a trabar las operaciones de contado con liquidación, con inesperados cambios de reglas y restricciones. No es la primera vez que la autoridad monetaria, acorralada por las circunstancias, patea el tablero y rompe el reglamento sin ponerse colorado.

La inflación y el riesgo país, en tanto, crecen como amenazas para que el Banco Central pueda mantener bajo control al dólar.

Quedó demostrada la ineficacia de este particular cepo porque la inflación no cedió. Los precios jamás siguieron el rumbo de los precios del dólar en el mercado oficial, sino que se calcularon por los dólares MEP, los que comercializan con bonos en la Bolsa, y el contado con liquidación. La economía está ajustada a un dólar de casi 70 pesos.

Los alimentos fueron los más castigados en la primera quincena del mes. Las frutas fuera de estación que se importan, son el emblema de este movimiento. Un kilo de bananas ecuatorianas -las otras son incomibles- puede llegar a $100 tanto en la ciudad de La Plata como en las zonas de clase media de Buenos Aires. La uva toca precios escandalosos. Viene de Chile y se vende a más de $300 el kilo. Por supuesto, bananas y uvas importadas son de consumo masivo, pero hace tres semanas la banana cotizaba a $65 y la uva a $120 y ahora contagiaron al resto de frutas y vegetales.

Los alimentos que se fabrican en la Argentina, tienen una enorme dispersión de precios por la sencilla razón de que se rige por el mismo sentido con el que se manejan los inversores en la plaza financiera: los vendedores no quieren los pesos y por eso recargan los precios.

El dólar duplicó su salida del país y la demanda desde las derrotas de las PASO. El remedio fue peor que la enfermedad. Poner un mercado controlado para evitar que el precio del dólar se traslade a la inflación, fue un fracaso.

El dólar mayorista allí cotizó a $56,67, pero los empresarios ajustan por el contado con liquidación o el dólar MEP que se aproximan a $70 porque saben que es el único que van a conseguir cuando lo necesiten. No quieren pasar por la experiencia de IRSA o las de una compañía de Gas a las que el Banco Central les trabó el giro de divisas para pagar los bonos de deuda que emitieron.

Los importadores mantienen sus existencias y las entregan con cuentagotas a precios inaccesibles o pactan con el comprador que el día de pago le extienden la factura al valor del dólar que se elija. El comprador no puede saber si cuando venda el producto ganará dinero.

Por supuesto, la sobrefacturación en este sector para cubrirse de las trabas del Banco Central, a quien deben pedirle autorización para pagar lo que importan, están a la orden del día.

Los exportadores agropecuarios avisaron que no se van a quedar desnudos y van a llegar al próximo Gobierno con un stock de soja, maíz y trigo que los preserve. Como acto de colaboración, liquidarán alrededor de USD 100 millones diarios que es la tercera parte de lo que opera el mercado mayorista. El Central tiene que vender una cantidad similar para evitar que la divisa se escape.

La suerte del Gobierno está atada al dólar. Si no hay reservas es imposible gobernar. Y quedan pocas reservas. Con esa preocupación Hernán Lacunza, el ministro de Hacienda, viajó a Washington con los números del balance fiscal en un postrer intento de que el FMI le dé los USD 5.400 millones que faltan del crédito comprometido para este mes. No se los van a entregar. Es el objeto del deseo que guardan para el próximo presidente con el que van a renegociar los plazos de la deuda ya sin Christine Lagarde en la presidencia y con, supuestamente, hombres más duros y sin el apoyo de Donald Trump.

Pero si el FMI no tiene nada para entregar, esa re negociación van a ser ardua. Y hoy, aunque para la Argentina USD 5.400 millones sepan a poco en comparación a todas las divisas que debe conseguir en los próximos meses, son una botella de agua en medio del desierto.

Cabe recordar que ningún país entró en default con el FMI. Solo Sudán e Irán cuando estaban en medio de una guerra. Los deudores del FMI son países, el resto de la deuda externa está en manos privadas.

El Riesgo País, si bien descendió unos puntos, seguirá su marcha alcista. Los bonos de la deuda, tras el proyecto de reperfilamiento, caminan por un barranco que, a veces se interrumpe, por alguna compra especulativa.

Lo que suceda esta semana será un capítulo distinto a los que se vivieron en el mercado financiero. (Fuente: Infobae)

Fuente: (valorlocal.com.ar)