El comportamiento del mercado deja a las claras que el Banco Central solo pudo sumar reservas de manera consistente a través de endeudamiento con organismos internacionales, férreos controles sobre las importaciones -que ya están impactando en los niveles de actividad- o bien por un tipo de cambio mucho más alto para los exportadores del agro, tal como ocurrió en septiembre de este año con el dólar soja.

Este jueves, la entidad monetaria consiguió comprar un millón de dólares en el segmento de contado, un monto ínfimo que solo sirve para la estadística: evitó vender divisas en el segmento mayorista del dólar por tercera rueda seguida, después de comprar USD 3 millones el miércoles y otro millón el martes.

De esta forma, el Central atraviesa un 2022 con compras netas por USD 3.564 millones, un monto que representa el 61,6% del saldo neto a favor en el mismo lapso del año pasado, de unos USD 5.787 millones al 24 de noviembre de 2021.

No obstante, en el MULC, el Banco Central sostiene en el transcurso de noviembre un saldo neto vendedor del orden de los USD 966 millones, en un escenario difícil, pues restan cuatro meses hasta la liquidación de la cosecha gruesa en otoño, con reservas netas que dependen de los giros de entes multilaetrales -como el FMI o el BID- y de la esperanza de una ampliación del “swap” de monedas con China que sea convertible a dólares para poder regular la liquidez de la plaza.

Por otro lado, la cotización libre subió a $319 y revalidó máximos en cuatro meses. El dólar “blue” ganó siete pesos en el día y acumula un alza de 29 pesos o un 10% en noviembre. La brecha cambiaria alcanza el 93%