DÓLAR: LO QUE PREOCUPA NO ES EL BILLETE SINO LA SUBA DEL RIESGO PAÍS

Iban siete semanas de calma cambiaria y dólar pegado al "piso" de la banda de flotación pero un día el billete sube un peso y se encienden todas las luces amarillas de la economía argentina.

Algo de eso pasó el lunes cuando el dólar minorista rozó los $40, y el mayorista cerró en $39,05, alcanzando los valores más altos del año, lo que fue suficiente para despertar la sensibilidad del mercado cambiario.

La carrera duró poco y el martes el mayorista, que es dólar más relevante por volumen y por ser operado por profesionales, terminaba con una baja de 1,3% en $38,55.¿Se terminó el episodio?.

Nadie lo sabe pero el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne se adelantó en el intento de generar calma diciendo:"estamos muy tranquilos con el dólar, se mueve muy suave".

La tranquilidad de Dujovne, en realidad, descansa en que desde el Banco Central, Guido Sandleris, había adelantado que está dispuesto a sacar todos los pesos del mercado que sean necesarios para garantizar la calma cambiaria.

También suma a la tranquilidad del Ministro el adelanto del Fondo Monetario Internacional que desembolsará un nuevo tramo del préstamo (US$ 7.600 millones) contando con que la misión del organismo que estuvo en Buenos Aires avaló el cumplimiento de las metas del Gobierno en materia de baja del déficit fiscal primario y de contracción monetaria del Banco Central.

Las reservas del Central subieron US$4.952 millones, llegando a US$ 53.955 millones en octubre un mes en el que se sintió la baja de compras de billetes por parte de los particulares (adquirieron US$ 900 millones) pero sin dar vuelta el proceso dolarizador.

La fuga de dólares en lo que va del año alcanza a US$ 25.959 millones, record que explica en buena medida la corrida cambiaria  y el salto del dólar entre abril y septiembre que desemboca en la recesión de los últimos meses.

Pero la calma había llegado de la mano del compromiso de que la cantidad de dinero no iba a crecer y de las altas tasas que el Banco Central le pagaría a los bancos para colocarles Letras de Liquidez (Leliq).

Las Leliq arrancaron pagando 74% anual y bajaron hasta el 61,24% actual en lo que se presenta, según el repunte del dólar del lunes, como un "piso" a tener en cuenta.

El Banco Central ya adelantó su intención de acelerar la baja de tasas a partir de enero desde el 60% anual fijado como meta hasta fin de año.¿Cuál será el sendero de baja?. Nadie lo sabe y todo indica que Sandleris actuará a "prueba y error" tratando de hacer sintonía fina, muy fina, a la hora de bajar las tasas.

El Gobierno cree que con los desembolsos del FMI y los dólares de las exportaciones de trigo y maíz, que comenzarán a ingresar en enero, tiene herramientas para mantener sereno al mercado cambiario. Pero los problemas de dólares no terminan ahí.

En los últimos días la tasa de riesgo país   lejos de bajar, subió de 600 a 700 puntos, dejando en claro que los mercados del exterior siguen con altos niveles de desconfianza sobre el futuro económico argentino.

Dudan de que la Argentina pueda pagar su deuda después de 2020 y tienen en claro que el fuerte apoyo que recibió el país del FMI (US$57.100 millones) convierte al organismo en un acreedor privilegiado.

Eso se suma a las dudas políticas resumidas en una pregunta: ¿qué pasa si Cristina Kirchner le gana a Mauricio Macri en la elección de octubre?.

El kirchnerismo tiene en claro el temor que genera en los mercados del exterior y no es casual que, en un reportaje publicado en lapoliticaonline, el ex ministro  Axel Kicillof haya hablado de "defender la rentabilidad de las empresas" y de que "hoy, una renegociación con el FMI se podría hacer desde una posición de fuerza".

Kicillof, haciendo punta en el cambio de piel kirchnerista, también avanzó sobre la amplitud del PJ al afirmar: "Yo asumo que todo el que se dice peronista es peronista" agregando el viejo slogan justicialista que le sirvió tanto a Perón con José López Rega  como a Menem con María Julia Alsogaray de "El movimiento es amplio".

Las fuentes de incertidumbre se multiplican por la política y la economía lo paga caro: los bonos en dólares de largo plazo de la argentina ( 2046 y el de 100 años) ofrecen rentas del 10% anual, altísimas pero no logran seducir a los inversores internacionales.

La fotografía financiera muestra un dólar controlado en el corto plazo en las puertas de un año electoral que genera expectativas sobre el resultado política y sus consecuencias en materia de movimiento de capitales.

En el medio se juega el partido de la posible baja de la inflación y la mejora de la actividad económica en el primer trimestre del año próximo.

Mientras tanto, y en el cortísimo plazo, el Gobierno aspira a que el respaldo internacional que obtendría en la cumbre del G20 de los principales líderes del mundo este fin de semana, le otorgue un poco de aire fresco después de varias jornadas de indignación y vergüenza  general por los actos de violencia que nos envuelven a todos los argentinos. (Fuente: Clarin)

Fuente: (valorlocal.com.ar)