Por Sheila V Rivarola* – Con el inicio de la crisis sanitaria, al menos un 55% de las Pymes argentinas registraron una caída sustancial en sus ventas, lo que sumado a la ruptura de la cadena de pagos, ha provocado una crisis financiera que les resulta difícil de afrontar.

Ante esta situación de aislamiento donde muy pocas actividades pudieron continuar abiertas, principalmente aquellas relacionadas a los rubros esenciales, el Gobierno Nacional ha emitido una serie de medidas tendientes a mejorar la situación de aquellas actividades que han sido postergadas.
Entre las que se encuentran la Asistencia de emergencia al Trabajo y a la Producción lo que incluye una reducción o postergación de hasta un 95% de las cargas sociales del mes de abril, la asignación compensatoria del salario, donde el Estado garantiza el pago de hasta un 50% del sueldo neto de los trabajadores en relación de dependencia, tomando como mínimo un salario mínimo vital y móvil ($16.875) y como tope el doble de dicho monto ($33.750).
Asimismo, se cuenta con créditos a tasa fija del 24% por un año para el pago de salarios correspondientes al mes de marzo, otorgado por entidades bancarias, financiándose el 100% de la masa salarial, incluyendo tres meses de gracia. En la misma línea el Banco Central provee líneas de créditos para financiar el capital de trabajo con una tasa anual del 26%, el monto del crédito tendrá como límite el importe de la masa salarial declarado en el último F931 presentado.
Según la Fundación Observatorio Pyme al 23 de abril de 2020, el 24% de las MiPymes pudieron acceder al crédito para abonar los sueldos, un 25% se encuentra en proceso de análisis esperando respuesta y un 23% no lograron acceder al beneficio.
Más allá del apoyo económico y de la liberación progresiva de actividades que permita a las Pymes retomar la comercialización de sus productos o prestación de servicios, aún quedará una brecha de tiempo importante hasta tanto se regularice la cadena de pagos. Es donde frente a esta crisis sanitaria mundial, las Pymes pueden encontrar una puerta para reinventarse, adaptando sus canales de venta o asociándose a empresas de distribución masiva.
La capacidad de adaptación al cambio en momentos de incertidumbre y la reinversión del producto o servicio que se ofrece atendiendo a las necesidades cambiantes del mercado pueden conllevar a aumentar los ingresos por canales o vías inesperadas. Se debe tratar de adaptarse, incluso cambiando parte del proceso productivo o del producto en general, para que los ingresos logren cubrir los costos fijos de la actividad. La utilización de herramientas tecnológicas son un gran aliado en los tiempos que corren ya que el tener una página web ayuda al posicionamiento de la marca, sumado a ello, el trabajo a distancia puede implicar una reducción en los costos fijos de manera significativa.
*  Contadora Pública, Lic. En Administración y Esp. En Tributación. sheilarivarola@gmail.com