El banco central de EEUU aplicó la mayor suba de tasas en 22 años: cómo golpea a la Argentina

Además de acelerar el ritmo de ajuste en la tasa de política monetaria a 50 puntos básicos y llevarla a 1%, la Reserva Federal de los EEUU anunció este miércoles el inicio de la reducción en su hoja de balance.

La elevada inflación en los EEUU y la invasión rusa a Ucrania apuraron los tiempos para el endurecimiento monetario, pues el conflicto dio envión a un encarecimiento adicional para las materias primas y la consecuente presión inflacionaria.

El endurecimiento monetario de la Fed responde a la inflación más elevada en 40 años en los EEUU

La inflación interanual en Estados Unidos fue del 8,5% en marzo, la más alta en 40 años, impulsada principalmente por los precios de los combustibles, que se dispararon especialmente con la guerra en Ucrania. La subida mensual de los precios de consumo fue del 1,2% en el tercer mes del año.

En ese contexto, la Reserva Federal de EEUU subió las tasas de interés medio punto porcentual y anunció el inicio de la reducción de su balance de 9 billones de dólares, en un momento en que los bancos centrales intensifican sus esfuerzos para reducir una elevada inflación.

Los responsables de la política monetaria de la Fed adelantaron este año una decisión para la tasa de interés objetivo a corto plazo a un rango entre el 0,75% y el 1%, que se complementa con la puesta en marcha un plan para recortar su cartera de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas hasta en USD 95.000 millones al mes.

¿Cómo afecta a la economía argentina?

La respuesta de las tasas en EEUU responde a esa mayor presión inflacionaria -que abarca en lo inmediato a todos los países- por la escalada de cotizaciones de las materias primas por la guerra desatada en Ucrania, pero la iniciativa tiene alcance global y por ende abarca a las economías emergentes como la argentina.

1) Modera el aumento de precios de materias primas. En este caso, el impacto para la Argentina se viene descontando por el lado del comercio exterior, prácticamente con efecto neutral. Mientras que los precios internacionales de las principales exportaciones del país -granos y derivados industriales- regresaron a niveles máximos en una década, también subieron los precios de la energía, que compone una parte importante de la canasta de importaciones nacionales.

Según el Balance Cambiario del BCRA, al cierre del primer trimestre de 2022, la suba de los precios del agro aportó ingresos extra por unos USD 1.303 millones más que en el primer trimestre de 2021 (exportaciones sectoriales por USD 8.684 millones contra los USD 7.381 millones del año pasado), frente a un déficit energético de USD 1.049 millones en el mismo período, debido a la dependencia argentina al gas importado.

Los precios de los productos exportables del agro, en niveles máximos en una década, podrían reducirse por el fortalecimiento del dólar

2) Salida de capitales y menos crédito. Al convalidar tasas más altas, la Fed apuntala el fortalecimiento del dólar respecto de otras divisas, pues los mayores rendimientos financieros en el sistema norteamericano atraen capitales a los EEUU. En sintonía, la Fed fomenta en cierto modo una salida de capitales de mercados emergentes, a donde se habían redirigido para aprovechar tasas superiores a las norteamericanas.

Aunque el Gobierno argentino está marginado de la posibilidad de colocar deuda en el exterior, por su elevado riesgo país de 1.800 puntos básicos, el mayor costo del crédito perjudica a las empresas argentinas, que todavía participan del financiamiento en los mercados internacionales.

“Mirando hacia afuera, el mercado esperaba una suba de medio punto de la tasa de referencia americana y esto explica las distintas interpretaciones que se hace de esa variable en EEUU. En tanto, en lo propio, todo pasa por la percepción del riesgo y en un marco generalizado de venta de activos en los mercados emergentes, que va más allá de la idiosincrasia argentina”, comentó Santiago Abdala, director de Portfolio Personal Inversiones.

3) Presiones devaluatorias. Un dólar más fuerte tiene correlato con una mayor debilidad de las monedas emergentes. Los dos principales socios comerciales de la Argentina, China y Brasil, pueden registrar una depreciación de sus monedas, el yuan y el real, e indirectamente ejercer una presión a devaluar más rápido el peso argentino, cuando la economía doméstica padece -por factores propios- una de las inflaciones más altas del mundo.

Es decir que la iniciativa del banco central de EEUU tiene un efecto colateral en el plano doméstico, con dólares más escasos -pese a los aún altos precios internacionales- y presiones devaluatorias para el castigado peso.

4) Alivio frente a la inflación. Como la suba de tasas responde a que Estados Unidos atraviesa el período de inflación más alta desde 1982, en el rango del 8,5% anual, también la Argentina podría recibir un parcial beneficio en cuanto a precios.

Es que desde el punto de vista inflacionario, una eventual baja de los precios de bienes y servicios transables derivados de la fortaleza del dólar ayudará a la Argentina desde este frente del comercio exterior. Por lo tanto, indirectamente, una suba de tasas que dé contención a dichos aumentos ayudará a disminuir el efecto inflacionario de los productos -bienes terminados, piezas, insumos- que son importados por nuestra economía.

5) Amenaza recesiva. Rendimientos financieros más elevados por la suba de tasas de referencia también tienen consigo un riesgo recesivo, al encarecer el crédito. La Fed deberá manejar un delicada “sintonía fina” para atacar la inflación sin frenar del todo la expansión económica, que persiste en sendero de crecimiento ya superadas las restricciones por la pandemia de COVID-19. Para la Argentina, el efecto dominó de una contracción económica en los EEUU, que representa el 25% del PBI mundial, será ineludible, pues tendrá inmediata réplica en América Latina.

6) Presión bajista para acciones y bonos. En lo que va del año, Wall Street acusó recibo de las proyecciones de suba de tasas de la Fed y así fue como se dio una sucesión de recortes en los precios de acciones y bonos. En 2022, el tecnológico Nasdaq cae un 19%; el S&P 500, un 12%, y el promedio Dow Jones, un 9 por ciento. Si las bajas se extienden al resto del año, es probable que las cotizaciones de los activos financieros argentinos también sufran.

“Más allá de una suba de 50 puntos en la tasa, los operadores se encuentran muy atentos a las señales de la Fed respecto a la estrategia monetaria, especialmente tras venir reflejando un tono más hawkish (política monetaria restrictiva) que rápidamente disparó los rendimientos de los bonos del Tesoro”, puntualizó Gustavo Ber.

Si la economía de los EEUU se desacelera por políticas más restrictivas perjudicará los niveles de actividad de los países de la región

“La interpretación de las señales que otorgue la Fed resultarán cruciales para el apetito por riesgo global, y ahí la dinámica de los activos locales que vienen acompañando los vaivenes de los mercados emergentes, toda vez que podrían enfrentar un contexto externo más desafiante a partir de la aspiradora de fondos en que se convertiría EEUU”, añadió el titular del Estudio Ber.

Los expertos de Balanz Capital apuntaron además que “con la reducción en la hoja de balance deberíamos esperar una restricción en las condiciones financieras adicional a la generada por la suba en la tasa de política monetaria de la Reserva Federal, y con esto mayor presión sobre los precios de los activos. Sin embargo, creemos que las señales de la duración y magnitud del ajuste en la tasa de política monetaria tendrán un impacto más relevante para los precios de los activos en el corto plazo que la reducción en la hoja de balance per se”.

(Fuente: Infobae)