El Gobierno sostiene la suba del 2% mensual para el dólar oficial

Tras el salto cambiario de diciembre, el tipo de cambio oficial perdió más del 60% de la competitividad por la inflación, pero aún es alto en términos históricos.

El Gobierno aún defiende el esquema de actualización del tipo de cambio oficial, que avanza a ritmo de 2% mensual en un contexto de inflación mucho más elevada que hizo perder, en casi tres meses, más del 60% de la competitividad que había ganado el dólar oficial tras la devaluación de diciembre, de acuerdo a datos del Banco Central.

El ministro de Economía Luis Caputo defendió en reuniones privadas en los últimos días el esquema de política cambiaria que adoptó el equipo económico desde el momento del salto del tipo de cambio oficial, incluso contra lo que cree el Fondo Monetario Internacional, que saludó en su momento la devaluación pero que cree que el Poder Ejecutivo debe evitar una nueva corrección abrupta pero acelerar el ritmo del crawling peg, es decir, la microdevaluación diaria que habilita el BCRA.

Para el jefe del Palacio de Hacienda, esa sería la opción menos recomendable: “Si hacemos eso nos ponemos un piso de inflación muy alto y lo que necesitamos es bajarla lo más rápido posible”, explicó Caputo ante un interlocutor en los últimos días. Sobrevuela, en el desarrollo del paquete de medidas inicial que aplicó el ministro de Economía, la idea de que el tipo debe ser una de las anclas nominales que conserve la economía y que actúe como freno a la nominalidad.

La pregunta que flota en el mercado es si la erosión a la competitividad que ganó el tipo de cambio con la devaluación de diciembre no será un motivo para frenar las liquidaciones de la cosecha gruesa que comienzan durante el segundo trimestre y que explican el mayor ingreso de divisas al Banco Central, estacionalmente, todos los años.

En el equipo económico reiteran que el tipo de cambio todavía es alto en dos comparaciones históricas: antes de la devaluación de diciembre (aunque perdió más del 60% de esa competitividad ganada por el avance inflacionario, según el índice del tipo de cambio real multilateral que elabora el Banco Central) y todavía por encima de diciembre de 2015, tras la salida del cepo durante el inicio del gobierno de Mauricio Macri. “Y eso que en ese momento todavía tenías déficit fiscal y de cuenta corriente”, aseguran en el Palacio de Hacienda.

Los nuevos “fundamentos” que creen que el mercado observa para la economía bajo el gobierno libertario no requerirían, dicen en el Gobierno, un tipo de cambio tan alto. Descartan, así, que haya para el BCRA una disyuntiva sobre si sostener el ancla cambiaria con el costo de demorar la liquidación de la cosecha gruesa. La idea del ancla cambiaria es poco celebrada desde el Fondo Monetario. Sus técnicos le hicieron saber al Gobierno -durante las negociaciones pasadas y también en los últimos contactos en Buenos Aires y San Pablo- que preferirían que el equipo económico migre hacia un esquema monetario de tasas de interés reales positivas, un clásico del manual fondomonetarista.

A cambio del sobreajuste fiscal que lleva a cabo Hacienda, en algunos despachos creen que podría llegar a aparecer en la mesa con el FMI la chance de un refuerzo de reservas hacia el BCRA. Si eso pasara, voces cercanas al ministro creen que estaría en condiciones de seguir sosteniendo al tipo de cambio como ancla nominal. El paso crucial de levantar el cepo cambiario todavía no tiene una fecha determinada, pero en el equipo económico no creen que sea posible sin antes tener, al menos, reservas netas neutras.

En el mercado creen que la presión por un retoque cambiario adicional llegará más temprano que tarde. Para Equilibra “diversos factores sumarían presión sobre la brecha en las próximas semanas”. En primer lugar identificó que “el tipo de cambio real efectivo, tanto para exportadores como para importadores, llegaría a finales de abril por debajo de los niveles pre-PASO si se mantiene el crawling peg de 2% y la brecha en sus niveles actuales”, mencionaron.

Luego, el hecho de que “con la brecha en torno al 23% y las paridades actuales, el Bopreal empieza a perder atractivo (el tipo de cambio implícito en el bono se ubica por encima de la cotización de mercado)”, planteó en un informe reciente. Y en tercer lugar, que “con la caída del dólar alternativo, los stocks de pesos medidos en dólares comienzan a rebotar”. “La pregunta es si, dada la recesión actual y la fuerte licuación de stocks e ingresos en pesos, estas mayores presiones sobre la demanda de dólar financiero pueden llegar a materializarse”, consideró. (Fuente: Infobae)