Mercados: Wall Street se desplomó, pero las acciones argentinas sostuvieron el rebote

La Bolsa argentina operó en alza este miércoles, y se escindió de la tendencia de sus pares externos, tras el dato de inflación de Estados Unidos, en momentos en que las tensiones políticas y la marcha de la economía local ganan protagonismo a la hora de decidir inversiones.

La inflación en Estados Unidos se desaceleró en abril, luego de siete meses de aumentos constantes, una señal tentativa de que los incrementos de precios pueden haber alcanzado su pico, aunque siguen afectando la economía de los hogares.

El índice accionario S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ganó un 2,5%, a 85.762 puntos, luego de mejorar un 1,7% en la víspera y de derrumbarse un 4,9% el lunes en línea con la tendencia de los ADR locales cotizados en Nueva York.

Los principales indicadores de las bolsas de Nueva York iniciaron la sesión con ganancias, pero por la tarde pasaron a caídas de hasta 3,2% encabezadas nuevamente por los papeles tecnológicos.

En este sentido, los ADR y acciones argentinos negociados en dólares ganaron hasta 6,9%, encabezados por Telecom. Transportadora Gas del Sur subió 6,2 por ciento.

En contraste, los unicornios Mercado Libre (-12,3%) y Globant (-5,4%) cedieron arrastrados por el desplome del Nasdaq.

Los bonos en dólares operaron con ganancias de 1% en promedio según la referencia de los Globales reestructurados con ley extranjera, mientras que el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con similares emisiones emergentes recortaba 14 enteros para la Argentina, a 1.835 puntos básicos a las 17:10 horas.

Por su parte, las fuertes tensiones en la coalición del Gobierno argentino ponen en dudas el futuro económico de la economía pese a un reciente acuerdo con el FMI por el que reestructuró una deuda por unos 44.000 millones de dólares.

La disputa gira en torno a la política económica del país: mientras que el Presidente pretende aplicar medidas amigables para los mercados como una lenta reducción del gasto público, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner pugna por aumentar salarios y subsidios sociales, que benefician principalmente a sus votantes de clase baja y media.

En los EEUU, los precios al consumidor subieron 8,3% anual el mes pasado comparado con el mismo mes del año anterior, informó el Departamento de Trabajo el miércoles. El aumento anual fue de 8,5% en marzo, el más alto desde 1981.

El incremento mensual fue de 0,3% de marzo a abril, una tasa elevada, pero el alza más baja en ocho meses. Los precios al consumidor aumentaron 1,2% de febrero a marzo, debido principalmente al salto en los precios de la gasolina provocado por la invasión rusa de Ucrania.

En todo el país norteamericano, el precio del galón (3,8 litros) de gasolina aumentó a 4,40 dólares, un récord, según la American Automobile Association (AAA), cifra no ajustada para la inflación. El principal factor es el alto precio del petróleo. El precio del crudo referente en Estados Unidos fue de 100 dólares por barril el martes. La gasolina había caído a 4,10 dólares el galón en abril comparado con 4,32 en marzo.

La inflación en Estados Unidos se desaceleró en abril, luego de siete meses de aumentos constantes

Más allá de la economía hogareña, la inflación le crea un problema político grave al presidente de los EEUU, Joe Biden, y los legisladores demócratas en año de elecciones intermedias. Los republicanos sostienen que el paquete de apoyo financiero de 1,9 billones de dólares en marzo recalentó la economía, elevó la ayuda por desempleo y los pagos de créditos impositivos por hijo.

El martes, Biden trató de tomar la iniciativa y dijo que la inflación es “el problema número uno que enfrentan las familias” y “mi primera prioridad en lo interno”.

Biden atribuyó la alta inflación a los trastornos crónicos de las cadenas de suministro relacionados con el veloz rebote económico luego de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania. Dijo que su gobierno ayudará a aliviar los aumentos de precios al reducir el déficit fiscal y fomentar la competencia en industrias como las empacadoras de carne, dominadas por unas pocas empresas gigantescas.

(Fuente: infobae)