Rogelio Frigerio: El gran ganador de las elecciones primarias

Por Juan A. Bracco

¿Cuántos votos tiene Rogelio Frigerio? La pregunta estuvo en el aire desde que en 2015 el nieto del cofundador del desarrollismo se transformó primero en armador y luego, desde el Ministerio del Interior, en la principal figura de la alianza entre la UCR y el PRO que comenzó siendo Cambiemos y terminó como Juntos.

Esta es la primera respuesta que surgió en la primaria de ayer domingo. Frigerio aparece ahora también como un candidato competitivo que pudo concentrar la mayor parte del voto opositor en una provincia donde Juntos se viene imponiendo desde el balotaje entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.

Su liderazgo tiene ahora materialidad. Y lo sabe. En el cierre de listas de la semana pasada lo dejó en claro. Bajo la lluvia en Concordia habló de “mis dirigentes, mis militantes, mis fiscales” al referirse a quienes integran los distintos niveles de Juntos.

En el mano a mano con el candidato del oficialismo, Enrique Cresto, se despegó por 30.000 votos. Pintó también de amarillo (color que identifica a Juntos) todos los departamentos de la provincia, un hecho que no ocurría desde que el peronismo barrió de la cámara de Senadores en 2011 a la oposición.

Si conserva los sufragios que cosecharon las otras listas de la alianza puede empezar a descontar el triunfo en noviembre y a planificar el 2023. Ese año jugará el partido que sueña: alcanzar la Gobernación y cortar con la sucesión de gobiernos justicialistas que comenzaron 20 años atrás tras la debacle del montielismo.

En la vereda de enfrente, Enrique Cresto no pudo cumplir con su primer objetivo: ser el candidato más votado. No fue una buena elección para el oficialismo en todo el país. Los resultados de provincia de Buenos Aires son el síntoma más claro de que las proyecciones no se relacionaron con el veredicto de las urnas. El plebiscito de la gestión de Alberto Fernández dejó una nota que el oficialismo tendrá que levantar en el próximo examen si no quiere tener un reprobado.

En Casa Rosada miraban de cerca qué ocurría en Entre Ríos. Desde antes del cierre de listas les preocupaba que Frigerio tuviera una elección fácil en la provincia y se constituyera como una figura de peso absoluto en el Congreso de la Nación. Ahora este mal sueño comenzó a tomar forma.

Foto: Juan Manuel Hernández / UNO

Sumas y restas

“Las elecciones son en noviembre”, dijo el gobernador Gustavo Bordet relativizando el impacto final de los números oficiales que se conocieron pasadas las 21.30. Su razonamiento pasó por el hecho de que el oficialismo no definió candidaturas, como sí ocurrió en Juntos por Entre Ríos. Sin embargo, la lista Todos Entre Ríos quedó a 30.000 votos de la de Frigerio. Y medido frente a frente la distancia se alarga a más de 170.000 votos.

La foto de este domingo muestra que para el Frente de Todos no será una tarea fácil recuperar la diferencia que le sacó Rogelio Frigerio. Hay que tener en cuenta que las elecciones nacionales se han presentado como un karma para Bordet en estos años: no ha logrado que el justicialismo entrerriano se imponga en ninguna. Y en ese derrotero perdió dos diputaciones nacionales (en 2015 y 2017) y una banca en el senado (2019).

Hacia la interna del partido de gobierno, el golpe no deja en buena posición a Enrique Cresto. La hoja de ruta del intendente de Concordia en uso de licencia marcaba esta parada como la primera hacia la Gobernación en 2023. Contaba para eso con ser el delfín de Alberto en la provincia. “Enrique es nuestro candidato a diputado nacional. Es nuestro referente aquí”, confesó el jefe de Gabinete Santiago Cafiero cuando visitó la Capital del citrus para impulsar la lista del Frente de Todos. Por estas horas, el nieto de Don Antonio ha de estar más preocupado por sostenerse en el cargo que por lo que ocurra en la provincia que vio nacer a su compañera de vida.

Si estar ligado a una victoria lo catapultaba como candidato natural a la sucesión de Bordet, quedar pegado a una derrota lo lleva en el sentido contrario. El oficialismo no tendrá, al menos por ahora, un postulante señalado por las urnas para el 2023. Cresto ha quedado en el mismo escalón que los intendentes de Paraná, Adán Bahl, y de Gualeguaychú, Martín Piaggio, y que la vicegobernadora Laura Stratta en esa puja.

Pero la carrera es de resistencia, no de velocidad. Y en el entorno de Cresto confían en que el cambio de circunstancias que traerá la nueva normalidad poscoronavirus genere mejores condiciones.

Adelante radicales

La performance del intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, lo deja también dentro del lote de ganadores de este domingo. Los más de 126.000 votos que cosechó su lista Entre Ríos Cambia le permiten colarse en la boleta de Juntos por Entre Ríos que estará en el cuarto oscuro de noviembre.

Galimberti cosechó el voto radical duro, hastiado de ser furgón de cola del PRO. Su nuevo lugar lo obligará a matizar las críticas a Frigerio. Todos están en el mismo bote ahora y la interna, ese juego que enloquece a los boina blanca, terminó ayer.

Su ingreso a la lista desplaza a Atilio Benedetti. El dirigente de Larroque que saltó a la escena política en 2009 como uno de los “agrodiputados” que aprovecharon el viento de cola opositor a Cristina Kirchner tras el conflicto por la Resolución 125 no renovará su banca en la Cámara de Diputados.

Después de haber hegemonizado el radicalismo provincial con un liderazgo que contrastaba con el caudillismo férreo de Sergio Montiel, Benedetti parece haber entrado en declive. Tiene en su haber dos victorias legislativas (hay que sumar la de 2017 a la primera) y dos duras derrotas cuando intentó disputar la Gobernación. En ambas oportunidades (2011 y 2019) el peronismo logró resultados históricos, primero con Sergio Urribarri y luego con Gustavo Bordet. Una tercera chance suena por ahora imposible.

La salida de escena de Benedetti obligará a Frigerio a reconfigurar su relación con el radicalismo. El entendimiento con el larroquense y su grupo, “la Illia”, ha quedado desfasado. Galimberti exigirá no solamente ocupar la silla sino dar de nuevo las cartas de la relación de fuerzas internas de la alianza.

Datos en mano

La elección no tuvo la merma en la cantidad de votantes que algunas especulaciones preveían. El porcentaje de participación del 72,3% la asemeja a los guarismos registrados en 2017 y 2019, cuando se situó en el 76%, aunque lejos del 80% que supo haber entre 2011 y 2015.

En estas primarias, Juntos obtuvo más votos que en 2017. Las tres listas de la alianza que estuvieron en el cuarto oscuro este domingo sumaron 398.655 con el 99,2% de las mesas escrutadas. Hace cuatro años, en la PASO de medio término de la presidencia de Mauricio Macri, había cosechado en total (también hubo tres boletas en disputa) 375.000 votos.

Por el contrario, el justicialismo sacó menos votos que en aquella oportunidad. Luego de que se presentaran 10 listas a la interna (la que impulsó Bordet y otras 9), el peronismo y sus aliados sumaron 331.446 votos, mientras que ayer apenas obtuvo 227.242.

Entre las primarias y las generales, el número de sufragantes crece entre tres y cuatro puntos, según lo que marca la experiencia reciente. Esto significa que unas 40.000 personas, más o menos, acudirán a las urnas en noviembre luego de no haberlo hecho este domingo.

En los comicios definitorios, la alianza entre la UCR y el Pro ha venido conservando los votos de las primarias y, además, aumentado su caudal electoral. Es que la alianza opositora canaliza la mayoría de los nuevos votantes e incluso aspira voluntades de fuerzas menores.

Así fue como en las generales de 2017 agregó más de 60 mil votos con respecto a las PASO y trepó a 437.000 sufragios y, dos años después, transformó la derrota en las primarias presidenciales pasando en la categoría “Diputados” de 302.000 a 384.000 votantes, sacando una luz de 4.000 votos sobre el Frente de Todos.

La saranda

Estas elecciones primarias en Entre Ríos sólo sirvieron para definir el tercer lugar en la lista del frente Juntos y que Juan Manuel Rossi será el candidato del Partido Socialista. Nada más.

No hubo filtración de fuerzas porque, pese a que se está en un esquema de fuerte polarización entre la alianza UCR-PRO y el frente justicialista, las demás listas participantes lograron superar la barrera del 1,5% de los votos y estarán en el cuarto oscuro de noviembre.

Por eso el votante se encontrará con nueve opciones para elegir los representantes que irán a la Cámara de Diputados de la Nación.

Una primera lectura muestra que Lucía Varisco (Adelante, Partido Fe) logró su objetivo de acumular los votos que podía traccionar su apellido, fuertemente ligado por lazos afectivos y no solo políticos a la memoria de su abuelo, Don Humberto Varisco, y de su padre, Sergio Varisco, quien incluso en su peor momento político (fue condenado por la Justicia Federal a seis años y medio de cárcel por narcotráfico) logró ser un candidato competitivo en Paraná.

La segunda marca que las fuerzas de la derecha que se presentan como antisistema, antiestado y antipolítica también tienen un capítulo en Entre Ríos. Con el aval del pañuelo celeste, Miriam Müller y el frente Entrerrianos se convirtió en la tercera fuerza, sumando más de 32 mil votos. De la mano de los resultados que obtuvo el mediático Javier Milei en ciudad de Buenos Aires, es factible que este espacio tenga más para crecer de cara a noviembre.

Un tercer factor a tener en cuenta es que el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) ganó la pulseada con la otra fuerza de izquierda, el Movimiento al Socialismo (MAS), duplicándola en cantidad de votos (27 mil a 13 mil). Por otro lado, la izquierda perdió el tercer lugar electoral que supo construir a manos de una fuerza que está en el otro extremo del abanico ideológico.

Todo esto lleva a evaluar que no habrá “voto útil”, léase votos de partidos que quedaron fuera de las generales por no haber superado el piso del 1,5% de los sufragios y que van, por afinidad ideológica o simplemente para evitar que otra fuerza triunfe, a uno de los partidos mayoritarios.

Dos nombres

La elección que se viene, la de noviembre, tendrá los spots apuntando al primer lugar pero la lucha se dará más abajo.

La concentración de votos en los dos frentes mayoritarios conlleva a una realidad innegable: los dos primeros lugares de cada una de las esas listas ya tienen una banca asegurada en el Congreso de la Nación. Esto es: Enrique Cresto y Carolina Gaillard, por un lado, y Rogelio Frigerio y Marcela Antola por otro ya son virtuales diputados nacionales. Solo una catástrofe podrá impedir que eso ocurra.

¿Qué se elegirá entonces? Quien completa la lista de 5 integrantes de la Cámara de Diputados que Entre Ríos renovará este año. Y para esa silla hay dos hombres en pugna: Galimberti y el camporista Tomás Ledesma. La fuerza que saque más fotos tendrá tres bancas. Y la que pierda dos.

Foto: Diego Arias / UNO

Dos números bajo la lupa

¿Qué lectura hacen de lo ocurrido en el campamento de Cresto a pocas horas de que terminara el acto electoral? Que acusaron el golpe de las urnas donde un marcado “voto bronca” favoreció la candidatura opositora de Rogelio Frigerio y que deberán barajar y dar de nuevo, replanteando la estrategia de cara a noviembre.

¿Cómo piensan hacerlo? Alli está el problema porque dependen de factores nacionales. El primero es que la vacunación se extienda y permita relajar las restricciones que quedan de la pandemia de Covid – 19, generando las condiciones óptimas para una nueva normalidad donde el conjunto de la sociedad pueda desarrollar sus actividades habituales. El segundo es que los efectos de la reactivación económica se extiendan y puedan llegar a los bolsillos del ciudadano de a pie.

Un primer paso hacia un proyecto nacional

Frigerio tiene bajo el brazo el título de ser el candidato más votado y de haber sorteado dos andanadas en su contra proferidas por el presidente Alberto Fernández, realizadas en actos con cobertura nacional.

Ahora se posiciona como un actor importante dentro de Juntos por el Cambio a nivel nacional luego de las pocas victorias de una oposición sobre el oficialismo.

Por su trayectoria y peso propio dentro de la coalición, será una voz importante de relieve dentro del futuro Congreso nacional.

Además, es uno de los aliados dilectos del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien aspira a terminar de jubilar al ex presidente Mauricio Macri, a quedarse con la conducción política de la coalición opositora y ser candidato a presidente de la Nación en 2023.

(Nota publicada originalmente el lunes 13 de septiembre en Diario Uno de Entre Ríos)