BOTNIA: La oportunidad perdida por Argentina

Por Aldo Leporati. Porter Novelli Argentina

16 de Noviembre (Valor Local) – Quince años después de la puesta en marcha de la planta de Botnia – UPM en Fray Bentos, Aldo Leporati, director de la agencia Porter Novelli que asesoró a la firma finesa en aquel momento, realiza un balance de la experiencia en base a lo que se decía en aquel momento y lo que efectivamente ocurrió.

(Este artículo está basado en un hilo de Twitter que Leporati publicó hace unos días).

El caso que la Opinión Pública en Argentina denominó Botnia, nombre dado a la Planta de Celulosa finlandesa en Uruguay frente a las costas argentinas que hoy pertenece a UPM, fue el litigio que más menciones tuvo en las portadas de los diarios argentinos durante 2005 y 2006.

Han pasado 15 años desde que comenzó a operar y la realidad ha demostrado que es un modelo de inversión sostenible que cumple con todas las normas ambientales.

Llama la atención que casi nadie recuerde o se haga eco de este caso cuando se cumplen 15 años de la puesta en marcha. ¿Será que nadie quiere reconocer los errores políticos que nos llevan a desperdiciar desarrollos económicos y sociales tan necesarios?

Escenario

En ese momento se produjo un fenómeno de pánico colectivo del tipo descripto por los tratados de psicología de masas. El kirchnerismo y las pseudo ONG’s reunidas sembraron miedos y consecuencias apocalípticas sobre el río Uruguay y la ciudad de Gualeguaychú.

Aseguraban que sería un Chernobyl 2, desconociendo los avances tecnológicos, y haciendo referencia a viejas plantas de celulosa, que eran efectivamente contaminantes antes de 1984.

Con una convicción que parecía no dejar lugar a dudas, vaticinaron muertes de peces y pájaros, enfermedades graves, olores insoportables y playas en desuso. Estas imágenes movilizaron a la población afectada en defensa de su propia vida y la de sus hijos.

Quien intentara argumentar lo contrario, era considerado un traidor a la Patria y se suponía que era «comprado» por los intereses de Botnia. Las pseudo ONG, rechazaron cualquier tipo de invitación a dialogar y/o visitar modernas plantas en Finlandia similares a la de Fray Bentos.

La lección de este largo y lamentable proceso es que en materia ambiental es fundamental respetar la opinión seria de los técnicos independientes. Es fácil para los líderes políticos apelar al miedo colectivo en casos en los que se puede presumir una contaminación.

Planteada la amenaza de una situación catastrófica, se puede distinguir el bien como la comunidad en peligro a la que el político dice defender, y el mal en la empresa industrial acusada de intentar aumentar sus beneficios sin escrúpulos para enfermar y matar.

El uso del caso Botnia atrajo a un gobierno, que en lugar de esclarecer fomentó deliberadamente una ambigüedad que movilizó a bloquear ilegalmente un puente fronterizo más de 800 días sin que ningún juez reclamara la libre circulación, causando enormes daños y pérdidas.

Para nosotros en Porter Novelli Argentina fue la mejor experiencia de un caso de comunicación ambiental que hemos tenido. Hoy, gracias a Dios, nadie duda de que nuestra comunicación fue siempre transparente y veraz.

Consecuencias

Mientras en la Argentina no hay ninguna planta que produzca más de 350 mil toneladas  anuales de pasta de celulosa, todas las de países limítrofes superan el millón de toneladas. Triste resultado de malas decisiones políticas.

La planta de Conchillas fue inaugurada durante el gobierno de Cristina Kirchner en Junio 2014 frente a las costas de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires. Pero como José “Pepe” Mujica le pidió a Cristina no politizar el caso, los argentinos desconocemos su existencia.

Otra oportunidad perdida ¡Cuántos puestos de trabajo desperdiciados! ¡Cuántos millones de dólares que no ingresan al país! Como conclusión: nos quedamos sin pasteras pero si haciendo un gran papelón. (Valor Local)