Por Juan A. Bracco
Los datos de crecimiento, inflación y tipo de cambio que presentó el Gobierno nacional para el año próximo suenan irreales. Sin embargo, sobre esa base tienen que hacerse las proyecciones de Entre Ríos para 2025. Estos números del presupuesto nacional complican la planificación provincial de ingresos y gastos.
El presidente Javier Milei apostó por una puesta en escena particular para presentar los lineamientos del presupuesto nacional 2025. Fue un domingo a la noche. Y la ponencia la hizo en forma personal en el hemiciclo de la Cámara de Diputados.
Pero más allá de la mise en scène del primer mandatario, lo que preocupan son los datos y proyecciones que dejó. Dentro de las previsiones de su administración, la inflación en 2025 será del 18,3%; el dólar oficial no pasará de $ 1.207 por unidad y el producto bruto interno crecerá un 5%.
Hay muchas sombras sobre estos números. Una inflación tan baja suena más a intención que dato real; las previsiones privadas hablan de un 35% y el FMI estimó un 45%. El Fondo también valoró que la economía argentina se expandirá apenas un 3%. El precio del billete norteamericano ya muestra un retraso; las estimaciones congelan ese dólar barato que perjudica el crecimiento y favorece la fuga de divisas.
Además, estos parámetros son el esquema rígido con el que se tiene que manejar la Administración Provincial de cara al año próximo. El presupuesto 2025, que deberá ingresar a la Legislatura antes del 15 de octubre, se construirá sobre estos supuestos. Pese a que el gobernador Rogelio Frigerio ordenó un borrón y cuenta nueva a través de un presupuesto base cero para el año próximo, el determinante de lo que ocurrirá dependerá más de las decisiones que se tomen en Buenos Aires.
Los condicionamientos
Una proyección de inflación tan baja impactará en el manejo de los recursos provinciales. La suba de precios afecta directamente al IVA, tributo coparticipable, y a Ingresos Brutos, el principal gravamen provincial. De allí que una subvaluación inflacionaria podría provocar un excedente de recursos por encima de las previsiones presupuestarias. Estos fondos podrán ser destinados por el Poder Ejecutivo provincial sin necesidad de pasar por la Legislatura.
La otra cara de la moneda es que el límite al crecimiento estimado de precios actuará como un cepo a las negociaciones salariales. En medio de una creciente conflictividad con docentes y empleados del Estado, un horizonte tan estrecho solo podrá agravar la situación.
Como correlato, la previsión de inflación será un techo para estimar los gastos de la Administración Pública. Si no se convalida con la realidad, las partidas podrían agotarse nominalmente antes de terminar el período.
En otro orden, un dólar a $ 1.207 es una apuesta arriesgada. A la hora de resguardar los pesos que se necesitarán para comprar los u$s 120 millones de vencimiento de capital e intereses, ese es el parámetro a tomar. Si la divisa, en su cotización oficial, se mueve para arriba se aflojará una de las patas del presupuesto provincial 2025.
El mercado estima que el dólar, al día de hoy, está subvaluado. De allí que el Banco Central haya comenzado a perder reservas. Por ahora, el flujo de caja por el blanqueo de capitales mantiene la ecuación. También colaboran la revalorización del oro (cuyo lugar de destino es todavía incierto) y del yuan chino, que integran vía swap las reservas nacionales.
Por último corresponde señalar que el ajuste de u$s 60 mil millones que planteó a las provincias Milei es un señuelo. El Presidente usa siempre el ataque como defensa. Antes de que los gobernadores comiencen a desfilar por la Casa Rosada pidiendo fondos a cambio de votos en el Congreso, los embretó en un planteo de ajuste y los dejó contra el arco de nuevo. (Valor Local)