La Comisión Europea mantiene su objetivo de llegar antes de finales de año a un acuerdo comercial con Mercosur · Las negociaciones, tras más de 15 años a salto de mata, avanzaron en los últimos meses hasta hacer creíble que, en la reunión de la OMC del próximo diciembre en Buenos Aires, la UE y el Mercosur pudieran anunciar el acuerdo. Pero llegó Emmanuel Macron con su eslogan “una Europa que proteja” y puso un freno.
El presidente francés dijo el pasado 11 de octubre en una feria agrícola que sabía de la “fuerte voluntad de la Comisión Europea por cerrar las discusiones comerciales con Mercosur”, pero que Francia se mostraba contraria “a la precipitación”.
La diplomacia francesa consiguió meter en la agenda de la cumbre europea de esta semana las negociaciones con Mercosur. Para frenarlas. París argumenta que el mandato negociador que tiene la Comisión Europea data de 1999 y que desde entonces llovió mucho. La UE, en aquella época, ni siquiera integraba a los países del Este del bloque.
Si ganan las tesis francesas y los 28 aceptan renegociar el mandato negociador que dieron en 1999 a la Comisión Europea, el acuerdo será imposible este año y los negociadores europeos posiblemente tendrían que volver a revisar partes de lo ya negociado. El Ejecutivo europeo espera poder contentar a los franceses sin tener que renegociar su mandato, que necesitaría la unanimidad de los 28.
El proteccionismo de Donald Trump hizo que la Unión Europea viera en la expansión de los acuerdos comerciales una oportunidad para ocupar el espacio que va dejando Estados Unidos. Tras firmar con Canadá y anunciar el cierre de las negociaciones con Japón, Mercosur era el objetivo prioritario para este año.
Francia quiere frenar la negociación –tiene el apoyo explícito de Irlanda y puede contar con casi una decena- porque teme que la carne del Mercosur dañe a los productores franceses. La última oferta europea, que prevé una cuota de 70.000 toneladas de vacunos al año sin aranceles y la apertura al etanol es insuficiente para los países de Mercosur (que piden al menos 100.000 toneladas) y excesiva para Francia, Irlanda y otros europeos.
Los jefes de Estado y de gobierno de la UE discutirán este jueves sobre política comercial y se centrarán en el punto en el que se encuentran las negociaciones con Mercosur. La Comisión Europea defiende la liberalización comercial y una Europa abierta a la globalización porque argumenta que los beneficios son mucho mayores que los perjuicios. Bruselas calcula que cada mil millones de euros en exportaciones sostienen 14.000 empleos.
La amenaza francesa va más allá del acuerdo con Mercosur y afecta también a los acuerdos que Bruselas debe empezar a negociar a corto plazo, como con Australia y Nueva Zelanda, dos potencias agroalimentarias que también querrán un mayor acceso para sus productos a Europa.
Canadá recibió en su acuerdo comercial una cuota de exportación de vacuno a Europa de 60.000 toneladas anuales. Los países de Mercosur exportan cinco veces más vacuno que Canadá y tendrían, según la última oferta, una cuota apenas mayor que la canadiense.
La Comisión Europea considera que no ha cedido tanto a los países de Mercosur como para que los gobiernos europeos se sientan tan incómodos con la última oferta que se puso sobre la mesa (equivale, según cálculo del diario Financial Times, a dos hamburguesas por europeo al año) y que defender a los ciudadanos de los peores efectos de la globalización no puede hacerse contra los intereses comerciales de Europa. (Fuente: Clarin)
19 de Octubre (Valor Local)