Guillermo Ferraro estará al frente de un superministerio de Infraestructura

El designado ministro buscará traspasar la inversión al sector privado. Es experto en fideicomisos y en 2002 dirigió el Nuevo Banco Bisel.

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Guillermo Ferraro será el ministro de Infraestructura de la Nación, cartera que concentrará las áreas de Transporte, Obras Públicas, Energía, Minería y Comunicaciones.

El designado funcionario conoce de cerca Rosario y Santa Fe. En marzo de 2002 comandó el Nuevo Banco Bisel, la entidad que surgió luego de que el Banco Nación se hiciera cargo del Bisel, tras la huida del Credit Agricole en medio de la crisis de 2001. El ejecutivo quedó al frente de esa unidad de negocios hasta que pasó a manos del Macro.

El hombre a quien le tocará llevar adelante un área que, según la plataforma de LLA, tendrá fuerte vinculación con el sector privado, es un gran conocedor de los fideicomisos, como instrumentos para captar capital. Durante su presidencia en el Nuevo Banco Bisel, Ferraro puso especial énfasis en esa herramienta para el fondeo del banco. De hecho, el asesoramiento financiero y estructuración de negocios vinculados a grandes proyectos de infraestructura y la reingeniería de procesos en el sector público, es su especialidad.

Ferraro tiene también una larga carrera en organismos públicos. Fue subsecretario de Industria del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, entre 2002 y 2003. Entre 1988 y 1991 fue subsecretario de Información y Telecomunicaciones de la provincia de Buenos Aires. Y, más acá en el tiempo, formó parte de la administración de la Ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Mauricio Macri.

En el sector privado, se desempeñó como director de KPMG Argentina, que provee servicios de auditoría, Impuestos y asesoría. La misma firma a nivel global fue la que realizó la auditoría contable de Vicentin y estuvo en el foco de la Justicia penal provincial, al ser investigada por “presunta participación de la compañía en maniobras fraudulentas por las que están imputados 14 directivos de la agroexportadora”.

Pocas horas después del triunfo de Milei en el balotaje, Ferraro fue uno de los nombres que sonó con más firmeza para integrar su gabinete a partir del 10 de diciembre. Asumirá bajo su órbita áreas claves de la gestión como transporte, obras públicas, minería, energía y comunicaciones, ante la decisión del nuevo presidente de racionalizar el Estado.

“El enfoque que tenemos es que el Estado tiene que reducir su participación en la economía”. Y enfatizó: “Vamos a tratar de orientar, estimular e incentivar al sector privado”. A su juicio, el país tiene “un atraso de más de 20 años en infraestructura” y la inversión que hay que hacer para poner en valor la infraestructura es de 15 puntos anuales del PBI. “Imposible soportarla con el presupuesto público”, dijo. Para ello, trabaja en un proyecto para reformar la ley de concesiones. “Casi todas, las ferroviarias, energéticas, centrales hidroeléctricas, corredores viales, tienen su origen en los 90, otorgadas por 20 ó 25 años, vencieron durante los últimos ocho, y las administraciones no generaron nuevas condiciones”, dijo.

Dijo también que quiere “generar una red vial que arranque capilarmente con los caminos rurales y troncalmente se vaya por las rutas nacionales y provinciales, y termine en los accesos portuarios, tanto de Rosario como de Quequén”. Su modelo es “a la chilena”, derivando los trabajos de infraestructura a manos privadas. También se pronunció a favor de la reconcesión de hidrovía Paraná – Paraguay.

La realidad de la obra pública nacional es que se concretaron bajo esa órbita 4.434 obras durante la gestión de Alberto Fernández, con una inversión de $ 728.605 millones. Unas 1.151 son de infraestructura vial, 1.762 de recursos hídricos y 1.521 de infraestructura urbana, rural y del cuidado. La cantidad de proyectos son 7.265: unos 2.308 se encuentran en ejecución y las 523 restantes, en circuito. Otros 615 están en proceso de evaluación y aprobación. A través de Vialidad Nacional, se intervinieron 20.146 kilómetros, entre los que se destacan 1.209 kilómetros de nuevas autopistas, autovías y rutas, y 18.937 kilómetros de repavimentación. Con este impulso, la construcción alcanzó en agosto 479.856 empleos registrados, un récord histórico. (Fuente: La Capital)

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