ESFUERZOS EN CONJUNTO PARA AUMENTAR EL EMPLEO TECNOLÓGICO

 

Gobiernos, empresas y universidades confluyen en programas de formación • En Córdoba, la industria del “software” no logra cubrir al menos tres mil puestos de trabajo.

Córdoba, un mismo distrito, dos realidades. Durante el último año, desaparecieron más de 18.600 puestos de trabajo registrados del sector privado. A contramano, un territorio de oportunidad con el fenómeno inverso: en la industria del software, un sector que emplea a más de 15 mil personas (15 por ciento más que hace un año), el principal problema, el mayor obstáculo para crecer, es la falta de capital humano. La demanda no encuentra oferta.

“Es nuestro talón de Aquiles. Con más personal, el crecimiento sería infinito”, dicen a coro los empresarios tecnológicos locales. “Tenemos 60 vacantes mensuales”, grafica Yanina Bianciotti, responsable de recursos humanos de IncluIT, una de las empresas del sector.

Y desde el Córdoba Technology Cluster, la entidad más representativa, le ponen número al déficit: según su relevamiento, las firmas radicadas en la provincia señalan que, si hubiera recursos humanos disponibles, contratarían entre tres mil y 3.500 en los próximos 12 meses.

Con matices, el problema es global. En América latina, según datos difundidos por IBM (una de las mayores compañías tecnológicas del mundo), son 500 mil los puestos de trabajo en empresas del sector que no logran cubrirse. En Estados Unidos, el déficit llega a un millón.

¿Qué perfiles se buscan? A trazo grueso, las personas formadas en las llamadas carreras “Stem” (acrónimo que refiere a las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). La necesidad va desde programadores junior, semi senior y senior (la base masiva del sector) hasta perfiles más sofisticados, capaces de trabajar en inteligencia artificial, manejar infraestructura tecnológica (grandes bases de datos), y liderar áreas o proyectos de gran escala.

¿Qué se les ofrece? En promedio, las mejores condiciones laborales del mercado (ver página 5). A futuro, todo indica que el problema va a agudizarse: el ritmo de crecimiento de la tecnología y su avance transversal sobre todas las actividades disparará aún más la demanda.

En Córdoba crecen los esfuerzos mancomunados y paralelos entre los sectores público, privado y académico.

Uno de los frentes busca estimular vocaciones: hacer que más chicos, y sobre todo chicas, se interesen por formarse en áreas Stem. Aún hoy, y aunque las matrículas de muchas de ellas crecen, son exiguas al lado de apuestas tradicionales como medicina, abogacía o arquitectura.

“Además, aunque crezca la matrícula, la demanda sigue en expansión y es una carrera que no vamos a empatar sólo desde el sector educativo formal, tal cual está hoy planteado”, advierte Diego Casali, presidente del Córdoba Technology Cluster y flamante titular de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.

“La dinámica del mundo tecnológico ya no resiste carreras de grado de cinco o de seis años, luego de las cuales recién se pasa al mundo del trabajo. La fórmula impuesta aquí y en el mundo es capacitación, experiencia; capitación, experiencia”, agrega. El ritmo de la tecnología se lleva bien con formaciones de no más de un año, en el mejor de los casos, pero nunca de más de dos.

Con muchas de estas alternativas, alcanza para entrar a la base de la industria para cubrir posiciones operativas o técnicas.

“Las universidades deben plantearse tener ciclos cortos, articular su oferta con esta dinámica. Hay alternativas, como los sistemas de créditos académicos que se aplican en otros países”, añade Casali. A eso apunta un segundo frente: políticas y programas de capacitación, de distintos perfil y escala, destinados a formar o a actualizar recursos humanos nuevos o ya insertos en tiempos cortos, más veloces que los habituales en la educación de grado y de posgrado.

El programa Clip, trabajado entre la industria y la Provincia, y para debutar en 2020, es el ejemplo más acabado hasta ahora. Otras iniciativas con objetivos alineados, de muy variada escala y características, son TecnoFem, WeStart y P-Tech, y hasta los secundarios Proa.

El foco 2020

“Vamos a poner todo nuestro esfuerzo en que Córdoba se convierta en el mejor lugar para desarrollar empresas de la economía del conocimiento. El software es hoy la rama más estructurada y con mayor potencial, pero hay una amplia gama de actividades para trabajar”, señaló Pablo De Chiara, ministro de Ciencia y Tecnología.

Uno de los principales focos para 2020 será el programa Clip, que durará 12 meses, con 70 millones de pesos de presupuesto y que genera alta expectativa en la industria del software.

Esa capacitación sintetiza el aprendizaje de varias experiencias anteriores, como el 111 mil de la Nación, que por su masividad y apertura no logró formar perfiles empleables.

Además, apunta a varios de los rasgos que demanda la industria: contenidos alineados con sus necesidades reales, la posibilidad de que sean las propias empresas las que preseleccionen a los postulantes y una formación rápida.

Se prevé formar a 600 nuevos programadores (básico), que se convertirían en empleados en las firmas, y a otros 400 ya insertos.

“Los 600 nuevos puestos equivalen al empleo que una automotriz puede crear en cinco años”, apunta De Chiara. “Atendiendo a la gran brecha de género, las mujeres tendrán prioridad para participar”, suma Laura Jure, al frente del Ministerio de Promoción del Empleo y la Economía Familiar.

La altísima demanda apuró los plazos y la diagramación del programa. “Se abrirá la mitad de los cupos (300 y 200, respectivamente) para arrancar en marzo. Hay unas 80 empresas anotadas”, señaló Nahuel Di Paolo, vicepresidente del Córdoba Technology Cluster y coordinador de su comisión de Recursos Humanos.

Ricardo Ruival, de la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónicas y de Comunicaciones (Ciieca), también celebra el impulso.

“Las empresas tenemos dos alternativas igual de complicadas: encontrar recursos humanos capacitados o formarlos. Para las pymes, es muy complejo sostener tiempos largos de entrenamiento hasta que un recurso es productivo”, indica.

Para el empresario y dirigente, las propuestas de enseñanzas cortas son vitales y pueden aliviar una necesidad masiva en puestos base. Pero no deben llevar a descuidar la formación de largo plazo, esto es, la universitaria.

“La formación de un ingeniero, por ejemplo, implica una mirada global y profunda, y bases muy fuertes en distintas disciplinas. A los puestos de conducción y los más determinantes los ocupan personas con esos perfiles”, señala.

PROGRAMAS DE FORMACIÓN Y DE CAPACITACIÓN QUE ESTÁN ACTIVOS

Clip. Financiado por la Provincia (70 millones de pesos) y codiseñado con el Córdoba Technology Cluster, ofrecerá, desde 2020, capacitación teórica y práctica a mil personas, 600 de ellas serán nuevos trabajadores que recibirán formación básica como desarrolladores; y otros 400 empleados de empresas del sector serán entrenados en distintas tecnologías. Los primeros deben tener entre 18 y 35 años, y contar con cierta base de habilidades digitales. Son seleccionados por las empresas que participan (unas 80). Cursarán un mes de entrenamiento teórico, del mes dos al cinco combinan con práctica en una de las compañías; y desde el mes seis es 100 por ciento práctica. En ese lapso, la Provincia les paga una beca mensual.

Escuelas Proa. Son bachilleratos provinciales de seis años en Informática (desarrollo de software) o en Ciencias Naturales (biotecnología). Los primeros tres se crearon en 2014, hoy son 40, y 38 están en el interior. “Ya son 75 los egresados. Sabemos que tienen empleabilidad, pero nuestro fin no es ser proveedores de la industria, sino que ellos puedan continuar su formación en carreras afines”, explica Gabriela Peretti, responsable del programa. La meta oficial es llegar a 50 Proa y usarlas como “laboratorio” de prácticas innovadoras aplicables a todo sistema escolar. Desde la industria del software aseguran que los egresados tienen una excelente base para aplicar a otros programas de formación rápida y estar en condiciones de ser empleados.

TecnoFem. Este programa, implementado por la Secretaría de Equidad y Empleo provincial, con la asesoría de Chicas en Tecnología, buscar acercar a chicas de entre 13 y 16 años a la tecnología, para estimular su vocación y combatir la brecha de género en el sector. Dicta talleres gratuitos en los que se desarrollan aplicaciones, programación, videojuegos, impresión 3D y robótica. En 2019 egresaron 281 mujeres. Hay empresas, como Mercado Libre, que se suman con actividades con las estudiantes.

P-Tech. La Provincia e IBM presentaron el programa este mes, con la idea de avanzar en casos de implementación en 2020. Es un modelo desarrollado por la empresa tecnológica, que implica el armado de un trayecto educativo de cinco años. Integra los dos últimos del secundario con los tres iniciales de formación superior o terciaria. El tercer actor es una o un grupo de empresas que “apadrinan” la escuela y colaboran con los docentes en sumar contenidos asociados a la tecnología y que son demandamos por el sector, además de ofrecerse como ámbito creciente de práctica profesional. Para los estudiantes el cursado, debe ser gratuito. Ayuda a formar recursos humanos empleables en tiempos más cortos. Ya se aplica en 23 países, con una red de más de 500 empresas asociadas.

WeStart. Mujeres en Tecnología, la Asociación de Emprendedores Tecnológicos, la Incubadora Feminista Latinoamericana y la consultora E-Género Diversidad e Innovación, lanzaron este programa que busca acompañar a las estudiantes de carreras de tecnología y estimular el espíritu emprendedor en mujeres. Sólo el cuatro por ciento de las startups (emprendimientos de base tecnológica) cordobesas están lideradas por mujeres. La meta es elevar la proporción. Prevé tres tipos de actividades diferentes que comenzarán en 2020; tiene acompañamiento de los sectores públicos y universitarios, y también de empresas, aunque busca enrolar a más firmas.

NODO DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Creado por el Córdoba Technology Cluster, la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (Famaf ) y por el Centro de Computación de Alto Desempeño de la Universidad Nacional de Córdoba. Entre sus acciones, creó una Diplomatura en Ciencias de Datos, aprendizaje Automático y sus aplicaciones. Ya suma 150 egresados y en 2020 planea generar tres cohortes. El 100 por ciento de los egresados son empleados. Dura 180 horas, divididas en siete meses. Su costo en 2019 fue de 80 mil pesos, aunque existe una gama grande de descuentos y un sistema de becas accesibles según diferentes criterios. (Fuente: La Voz del Interior)

Fuente: (valorlocal.com.ar)