APOYO EN UNA CUMBRE EMPRESARIA A LA REFORMA LABORAL Y QUEJAS POR LOS CAMBIOS IMPOSITIVOS

Fue en Rosario · Los cambios en el mundo del trabajo recibieron más apoyo que la reforma impositiva.

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Después de un minuto del silencio y con cintas negras por todos lados para no olvidar la tragedia en la que el ataque terrorista en Manhattan se cobró la vida de cinco amigos rosarinos, ayer se lanzó en la Bolsa de esta ciudad el capítulo empresario del G20, conocido como B20 y en el que Daniel Funes de Rioja vice de la Unión Industrial es el “chair”.

Al edificio, que lleva el sello de Mario Roberto Alvarez, vinieron los presidentes de todas las entidades y la agenda combinó el entusiasmo por la oportunidad que significa para la Argentina recibir de aquí a un año a los jefes de Estado de los 20 países que en conjunto explican el 85% del PBI mundial y el 60% de la población; con la agenda doméstica. Por cierto, los dirigentes empresarios apoyaron sin titubeos los cambios laborales que impulsa la Casa Rosada pero expresaron quejas sobre varios aspectos de la reforma impositiva.

Así arrancó ayer el G20 en Argentina. Se trata del grupo de países que nació en 1999 al compás de la crisis de los tigres asiáticos y se institucionalizó en la versión de cumbres anuales a partir del crack de los mercados de 2008, como una respuesta a que había que cooperar entre los países para evitar caer en lo que fue la gran depresión mundial de 1929. Y la elección de Rosario para el lanzamiento estuvo relacionada por lo que representa como síntesis, dada su combinación de puerto, industria y campo, con un fuerte entramado de pymes.

Pedro Villagra Delgado, “sherpa” del G20 en Argentina, se ocupó de recordar que el rol que le cabe al país es el que significa la palabra sherpa tomada de los guías de Nepal que llevan a la cima del Everest. “Argentina debe llevar los líderes a la cumbre”, soltó.

Algunos llegaron, como José Luis Manzano, después de un vuelo con grandes turbulencias, pero muy “contento con el rumbo del Gobierno”, según dijo a Clarín, para agregar poco después su fuerte preocupación por el impuesto al vino que “va a destruir a las pequeñas bodegas”. Manzano deslizó que los gobernadores Cornejo y Uñac están desarrollando una acción conjunta para torcer la decisión del Ejecutivo.

“¿Torcer?”, se sorprendió el ministro Francisco Cabrera ante la consulta de este diario. “La reforma impositiva es para lograr un consenso, es una propuesta del Ejecutivo”, aclaró. Cerca suyo, Guillermo Barzi Canale, principal accionista de la bodega Humberto Canale, soltaba contemporizador: “Ningún impuesto es bueno, pero entendemos que esta vez, todos tenemos que ceder algo”. En la misma línea se expresó Alberto Padoán, presidente de la Bolsa. En el auditorio había numerosos ejecutivos de empresas cerveceras que pintaban un escenario “preocupante” para su sector por el 17% de impuesto interno que buscan aplicarles.

Eduardo Elsztain se mostró más optimista que de costumbre tras visitar las empresas de última tecnología del agro que abundan en Rosario. Restó importancia al impacto impositivo en el mercado de capitales. Esta semana cosechó US$ 140 millones con la venta a fondos estratégicos del 8% de IRSA, su controlada en el negocio de los shoppings y otros 6.000 millones en pesos a tasas muy razonables en ON del Hipotecario a 5 años. “Venimos de años sin financiación, sin confianza, sin préstamos de largo plazo, es la primera vez que veo una política integral”.

Distinta fue la opinión de Claudio Zuchovicki que deslizó críticas al impuesto sobre la renta financiera. Miguel Acevedo de la UIA, Jorge Brito de Adeba y Gustavo Weiss de la Cámara de la Construcción, coincidieron en los apoyos. “No es lo ideal, es lo posible”, resumieron. Guillermo Dietrich, padre del ministro y vice de la Cámara de Comercio, despotricó contra los sindicatos: “Están siempre los mismos y muchos son corruptos”. Y Daniel Pelegrina, flamante presidente de la Rural, hizo hincapié en la necesidad de salir a buscar más mercados.

El gobernador Miguel Lifchitz, debilitado tras el resultado electoral, sorprendió con un mensaje de unidad y de apoyo a las reformas lanzadas por Macri. “Argentina tiene que volver a ser protagonista, generar credibilidad, recuperar la confianza. El Presidente nos convocó a los gobernadores a compartir la agenda. Tenemos que tener la paciencia necesaria para saber que los cambios no llegan de un día a otro”.

Claro que los empresarios recordaron que en Santa Fe aún no se aprobó la ley de ART, que frena la industria del juicio laboral, como ya lo hicieron Córdoba, Mendoza y la Capital Federal.

Y fue Guillermo Moretti, presidente de la UIA de Santa Fe, el encargado del mensaje más alentador. “Argentina está en la frontera tecnológica, sólo hay que cruzarla y esta Cumbre del G-20 nos dará esa oportunidad”. De paso, Cabrera remarcó: “El G20 nos exige tener otra agenda. Lo que pasó ya está. Las decisiones económicas se toman sobre los flujos futuros. El rol de los empresarios es clave, hay que salir a ganar en toda la gama. Inviertan”. (Fuente: Clarin)

03 de Noviembre (Valor local)

 

 

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