PREOCUPA LA CAÍDA DE UN 2,5% EN LOS NIVELES DE PROTEÍNA DE LA SOJA

Fue el eje de un panel en Rosario, porque esta pérdida de calidad genera mayores costos en el procesamiento y el riesgo de penalizaciones en el principal producto de exportación argentino: la harina de soja.

La cadena sojera hace años que está preocupada por la caída del nivel de proteína en la soja. Hace 15 años, en promedio, era del 39% y en la actualidad es del 36,4%. Si la tendencia continúa va a generar muchas dificultades en las plantas de molienda y mayores desafíos para cumplir con los contratos del principal negocio de exportación de la Argentina, que es la harina de soja, un agronegocio que mueve U$S 10.000 millones por año.

“El contenido de proteína es una condición clave de acceso a mercados y un factor determinante del precio. Si hay dificultades de calidad para exportar harina de soja no pierden solo 20 plantas, perdemos todos”, advirtió Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-Cec, y moderador de un panel del que participaron el genetista Rodolfo Rossi (Acsoja) y Verónica Vicco, gerente regional de calidad de Louis Dreyfus Company (LDC).

Idígoras contó que los cargamentos de soja que llegan de Paraguay tiene un nivel de proteína más alto y que hay muchos países cuya agroindustria está involucrada en mejorar este este aspecto.

“Hoy el mundo come en Asia. Vietnam depende de la harina de soja argentina para alimentar sus cerdos y sus aves, pero si en algún momento nos dice que no cumplimos las condiciones de calidad le puede comprar a Brasil o Estados Unidos”, advirtió Idígoras.

Rossi, un referente de la cadena sojera, recordó que el ambiente influye en forma decisiva en el tenor proteico del poroto (en un 40% o 50%). En las regiones más cálidas, por ejemplo Brasil, el tenor proteico es mayor, pero también inciden las variedades que en la Argentina están más enfocadas en lograr rendimiento, resistencia a enfermedades y a plagas.

A pesar de esta tendencia, Rossi contó que en el país hay disponibles variedades de soja del grupo 4 -el que más se siembra- que logran un muy buen equilibrio entre rinde y nivel proteico, pero recordó que en el país no hay incentivos para que los productores elijan este tipo de semillas y suelen priorizar el rendimiento, que es lo que más les conviene.

“Además, tenemos herramientas, que se presentaron en este congreso, como la edición génica y nuevas líneas de germoplasma, que también pueden permitir obtener variedades con mayor proteína”, aseguró.

Vicco contó que los problemas de calidad los ven todos los días en las plantas, camión por camión. “En esta última campaña, la evolución del nivel de proteína en la soja está siendo con tendencia baja, lo que genera un impacto muy grande”, aseguró.

Es un tema muy relevante si se tiene en cuenta que la Argentina procesa el 80% de la cosecha de soja, con una capacidad instalada de molienda de 65 millones de toneladas, y casi todo se exporta.  (Fuente: Clarín)

Fuente: (valorlocal.com.ar)