Las razones detrás de la suba de las acciones argentinas

En las últimas siete semanas la demanda inversora por activos argentinos, particularmente las acciones, creció a niveles no vistos desde agosto de 2019, en la previa a las elecciones primarias que consagraron la candidatura presidencial de Alberto Fernández.

Desde el 20 de abril, el índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires anotó una ganancia de 45% en pesos, para superar este lunes los 68.000 puntos por primera vez. En ese lapso, la ganancia en dólares del panel líder fue de 34%, para anotar su valor más alto desde el 7 de agosto del año pasado, diez meses atrás.

Pueden puntualizarse varios motivos detrás de la suba pronunciada de las acciones argentinas que, hay que recordar, fueron de las que más cayeron en los años 2018, 2019 y 2020. Ninguno de ellos por sí solo explica el salto de los precios, pero en su conjunto dieron fuerza a una recuperación de corto plazo.

Cotizaciones de “ganga”. Después de un abrupto declive de las cotizaciones financieras y de una dramática devaluación de la moneda -proceso que se inició a partir de febrero de 2018, se profundizó con el salto cambiario a partir de mayo de ese año y explotó después de las PASO del 11 de agosto de 2019-, hoy hay títulos que ofrecen un upside o potencial de alza de 700% para regresar a su nivel de tres años atrás.

Medidas en dólares, las acciones argentinas regresaron a su precio más alto en diez meses

Visión “macro”. La economía argentina viene de tres años de crisis y recesión que se profundizó a partir de marzo de 2020 con la irrupción del coronavirus. Aún con enorme debilidad, es de prever un avance paulatino de la vacunación y la reapertura de actividades en los próximos meses, que se reflejará en un aumento del PBI este año y, presumiblemente, el próximo.

Impulso emergente. Mientras que los indicadores de Wall Street lateralizan hace más de un mes cerca de sus máximos, los fondos de inversión empiezan a observar con más interés el potencial de ganancias que ofrecen otros mercados periféricos, como el de Brasil, y también la Argentina, que aún no recuperaron los niveles de precios pre-pandemia.

El Merval en dólares todavía está un 77% por debajo de los máximos de febrero de 2018

Expectativa de acuerdos por la deuda. Los operadores bursátiles también creen que no habrá default con aquellos acreedores con los que todavía no se acordó una reprogramación de vencimientos. Superada la instancia del canje con acreedores privados por más de USD 100.000 millones en títulos públicos concretada en septiembre del año pasado, falta arribar a un acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por unos USD 45.000 millones del stand by de 2018 y 2019, y un vencimiento del orden de USD 2.400 millones con el Club de París, cuyo deadline es el 1 de julio.

Fuerte ingreso de divisas. Los precios elevados de los productos que la Argentina exporta -granos y derivados industriales- permitieron un ingreso récord de divisas por este concepto, más de USD 13.000 millones en los primeros cinco meses de 2021. Estos dólares equilibran el mercado cambiario, reducen las expectativas de devaluación y refuerzan la recaudación fiscal. A la vez, posibilitaron al Banco Central recomponer reservas, ahora por encima de los USD 42.000 millones, que en definitiva garantizan la posibilidad de pago de la deuda externa.

Creció el volumen negociado. La Bolsa recuperó el volumen que apuntaló la tendencia alcista y se volvió a observar un fenómeno que no se daba desde fines del año pasado y es que el monto negociado en papeles locales volvió a superar al negociado en Cedears, que son los certificados a través de los cuales se operan en el mercado doméstico las acciones de grandes compañías internacionales.

Dólar en calma. Después de un máximo histórico para las cotizaciones del dólar que se negocian por fuera del control de cambios, a fines de octubre del año pasado, tanto el “blue” como las paridades bursátiles cedieron posiciones. En lo que va de 2021 los dólares paralelos -y también el oficial- perdieron con la inflación, tendencia que beneficia a las acciones, que aún lucen precios muy bajos en la comparación histórica y ganan en “moneda dura” un 13% en 2021.

Tasas negativas. El stock de los plazos fijos, una inversión tradicional del ahorrista argentino, dejó de crecer debido a que las tasas negativas en términos reales empezaron a erosionar el capital invertido, debido a una inflación que se vino acelerando a partir de noviembre del año pasado. Por eso también se abre la puerta a la búsqueda de apuestas de más riesgo como las aciones, pero que pueden dejar algún margen de ganancia a los pesos excedentes.

(Fuente: Infobae)