Cuatro años atrás, el ex ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren, y la industria petrolera planteaban que el precio de los combustibles en las Estaciones de Servicio había llegado a un punto de equilibrio, “producto de la política de desregulación del crudo a nivel internacional y la integración de la Argentina al libre mercado”.

Sin embargo, de aquel entonces a la actualidad, la referencia se dilucidó de manera paulatina y la distorsión de los valores de los combustibles tuvo un fuerte aumento, debido a variables internacionales que excedían al mercado local (pandemia y la guerra Rusia – Ucrania, entre otros), como así también a políticas nacionales respecto a la fijación y congelamiento del precio de la nafta y el gasoil, pese a la alta inflación en Argentina.

A tal punto que ese atraso en los montos supera el 30 por ciento en el caso del gasoil y se duplica en las naftas, teniendo en cuenta tanto el precio teórico a partir de la evolución del costo del barril de petróleo brent y de los biocombustibles según el porcentaje de corte, además de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC).

Gastón Utrera, economista y presidente del estudio especializado Economic Trends, compartió un informe exclusivo en el que detalló que, desde que los montos estaban en armonía para el sector hasta la fecha, el gasoil de grado 2 (común) y grado 3 (premium) poseen un retraso de 36,9 y 31,2 por ciento, respectivamente.

Mientras que el rezago de la nafta súper está muy cerca de alcanzar los 75 puntos porcentuales (74,8) y la premium el 69 por ciento (68,7). ¿Por qué mayor diferencia? Cabe recordar que el precio de este producto refinado sufrió el congelamiento dado entre mayo 2021 y enero 2022, sumado a que tampoco hubo aumentos desde mayo del corriente año a la fecha.

Asimismo, el especialista dio a conocer que, “en los en los últimos doce meses, los valores de gasoil en las Estaciones de Servicio se incrementaron poco más del 80 (grado 2) y 90 por ciento (grado 3), mientras que los de las naftas subieron 44,9 (nafta super) y 50,2 por ciento (nafta premium)”.

“Y si los precios de las naftas se hubieran incrementado al mismo ritmo que los del gasoil grado 2, el atraso actual sería de 40,7 por ciento para ambas calidades. En tanto que si lo hubieran hecho al compás del gasoil grado 3, la postergación sería de 33,2 por ciento”, agregó.

Esto significa que, a medida que la inflación se incrementa y continúa la distorsión de los montos de los combustibles en los surtidores, se eleva el punto de equilibrio y, por ende, las bocas de expendio deben vender más para alcanzarlo.

(Fuente: Surtidores)