JUNTAMÁS INVIERTE EN VILLA MARÍA Y SE DIVERSIFICA EN LA INDUSTRIA PLÁSTICA

La empresa acaba de adquirir un predio continuo a la planta situada en el este de la ciudad, con el objetivo de iniciar un proceso de ampliación con otra nave de producción.

Con el foco puesto en cubrir la demanda del sector industrial, una pyme del sector plástico de Villa María acaba de lanzar al mercado una línea de canastos plásticos para estiba, luego de un proceso de inversión que incluyó la incorporación a su parque de equipos de una inyectora de gran capacidad y matricería.

Juntamás Plástico, especializada en juntas selladoras para cañerías –es uno de los principales proveedores de Aguas Cordobesas y de decenas de cooperativas–, inició formalmente la fabricación de su nuevo producto con el cual busca posicionarse en un segmento en el que no estaba.

Pero ello requirió de inversiones para la adquisición y puesta en marcha de una inyectora plástica con hasta cuatro kilogramos de presión. “Trajimos de China una máquina de 33 toneladas de peso que creemos es muy interesante para el mercado del interior del país”, comentó Víctor Pévere, titular de la empresa.

Con ese equipamiento y el mecanizado de sus propias matrices, la pyme continuó con la producción de juntas, actividad en la que se encuentra desde hace 12 años. Antes realizaba juntas en metal, negocio iniciado en los ’80 por el fundador, Pedro Maceda.

“Teníamos la máquina que necesitábamos. Nos dimos cuenta que a la vez nos aparecía una gran necesidad de estiba de nuestros productos, porque habíamos crecido en volumen. Acopiábamos en cajas de cartón. Fue ahí que decidimos ponernos a hacer cajones plásticos”, puntualizó Pévere.

“Contábamos con la máquina, con el conocimiento y con los insumos, ¿por qué no fabricarnos para nosotros y para terceros?”, planteó.

La idea, sin embargo, no fue sencilla de materializar, dado que la matricería es más voluminosa que la necesaria para las juntas. Un cajón plástico tiene una medida de 50 centímetros de largo, por 40 de ancho y 30 centímetros de altura. La matriz para la inyección, obviamente, excede esos parámetros.

TECNOLOGÍA ASIÁTICA

“Apelamos otra vez a China. Encargamos una matriz para este proyecto, según nuestra propia concepción del producto, extra reforzado, y nos llegó a los cinco meses. Nos asombró incluso que vino con cilindros hidráulicos incorporados para la expulsión de las piezas, lo que habla también de la evolución de los productos de ese origen”, apuntó.

Dos semanas después de recibida la herramienta, comenzó la producción. Los cajones son elaborados en polipropileno virgen. La máquina inyecta toda la pieza en un solo paso y en los intervalos de enfriado (son segundos entre cajón y cajón) se detiene por completo para no consumir energía.

DEMANDA

El primer mercado es el vinculado con la alimentación, tanto de productos agroindustriales como de frescos, pero también los canastos pueden utilizarse como lo hace su propio fabricante para acumular stock de piezas en el sector industrial.

Pévere no descartó realizar otros artículos en el futuro. “Tenemos la filosofía de que no existe producto que no pueda ser mejorado, inclusive los procesos deben evolucionar. Aquí los dueños y los 20 empleados somos una familia, en ningún momento nos faltó trabajo y siempre tuvimos demanda”, describió.

Con esta meta cumplida, la empresa acaba de adquirir un predio continuo a la planta situada en el este de la ciudad, con el objetivo de iniciar un proceso de ampliación con otra nave de producción. (Fuetne: Infobae)

Fuente: (valorlocal.com.ar)