LA MITAD DE LAS VENTAS DE MAQUINARIA AGRÍCOLA LA FACTURAN LOS IMPORTADOS

Según el Inta, este año se comercializaron equipos extranjeros por U$S 1100 millones. Tractores, cosechadoras, sembradoras y pulverizadoras encabezan la lista.

La venta de maquinaria agrícola, medida en billetes, ha sido uno de los sectores que más ha crecido este año: cerca de 30 por ciento respecto a 2016. Sin embargo, la composición de ese indicador enciende algunas luces amarillas en la industria nacional.

Según Mario Bragachini, especialista del Inta Manfredi, la mitad de la facturación por la comercialización de equipos en el mercado interno se explica por productos importados.

De acuerdo con sus números, sobre un mercado nacional que en el año movilizó 2.200 millones de dólares, las fábricas nacionales contribuyen con ingresos por 1.100 millones, mientras que una cifra similar corresponde a la venta de máquinas importadas o pseudo nacionales (se ensamblan en el país con escasa integración de agropartes locales).

“Refleja una preocupante balanza comercial negativa del sector de 1.000 millones de dólares, que explica el 12 por ciento del total de la balanza comercial negativa del país, incluyendo todos los sectores”, dimensionó Bragachini.

En ese análisis están contempladas las exportaciones, que acumularon 100 millones de dólares, por operaciones a más de 30 países.

En los últimos dos años, la demanda de equipos en el mercado interno creció 50 por ciento. “Pasó de 1.450 millones de dólares en 2015 a 2.200 millones durante este año”, comparó.

El crédito del Banco Nación con tasa subsidiada explica en gran medida las ventas en el mercado interno y la industria nacional ha solicitado que el beneficio esté dirigido sólo a los equipos locales que certifiquen 60 por ciento de componentes nacionales, similar a lo que pasa en Brasil.

¿Qué se importa?

Por su valor, las cosechadoras y tractores son los dos rubros que más inciden en la facturación de productos importados, aunque también creció el ingreso de pulverizadoras autopropulsadas y de sembradoras, cuyo precio, en algunos casos, llega hasta duplicar el de un equipo fabricado aquí.

“Preocupan la apertura económica y la presión impositiva para la industria nacional”, admitió días atrás Raúl Crucianelli, al frente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).

Según el empresario, Argentina tiene una carga impositiva que representa el 40 por ciento del valor de una máquina.

“Con esos números no podemos exportar ni competir con las multinacionales que quieren venir a Argentina. Si queremos apertura tenemos que tener herramientas. Para eso, el achique del Estado es fundamental, así como el cambio en el sistema laboral”, evaluó.

Demanda 2018. Con un mercado interno que volverá a crecer el año próximo, la demanda de equipos ganaderos (confección y suministro de forrajes), cabezales girasoleros y maiceros, tolvas autodescargables de gran tamaño y la tecnología del silobolsa (embolsadoras y extractoras de granos) tendrá más protagonismo. (Fuente: La Voz del Interior)

20 de Diciembre (Valor Local)