El tipo de cambio real se redujo 40% en 4 meses

Desde la devaluación de diciembre la cotización oficial subió 9% y la inflación acumuló 90%. Las lecturas que hacen los analistas sobre la competitividad cambiaria y la continuidad del “crawling peg”.

El evento más relevante para la economía en este primer tramo de la presidencia de Javier Milei fue el salto cambiario del 13 de diciembre, que más que duplicó la cotización del dólar oficial (mayorista), para ponerle un piso de $800. Aquella medida fue acompañada por otra decisión, la de mantener la suba del tipo de cambio oficial a una velocidad del 2% mensual, el llamado crawling peg o devaluación gradual. Desde entonces, el dólar oficial subió 9,4% (de $800 a $875) y la inflación acumuló un 90 por ciento.

Esta suba controlada del tipo de cambio de pesos por dólar persiguió diversos objetivos y podría decirse que lo hizo de forma eficaz:

Desactivó las expectativas de salto cambiario en el corto plazo, pues una vez efectuado el shock inicial se garantizaba estabilidad de esta variable ya en un nivel alto para el mercado.

Procuró utilizar el tipo de cambio para “anclar” la inflación, dada su incidencia en los precios de los productos importados o aquellos de fabricación nacional con insumos y componentes foráneos.

Aplicó un importante incentivo para los exportadores, ya sea con un tipo de cambio alto más beneficioso, como por el gradualismo posterior: a medida que se aplazan en el tiempo las ventas al exterior, se va perdiendo la ventaja cambiaria.

Concretó una drástica reducción de la brecha con las cotizaciones de los dólares alternativos -”blue” y paridades bursátiles-, desde un pico del 200% tras el balotaje de noviembre a la zona del 20% del presente, un piso desde octubre de 2019 y paso imprescindible para una eventual unificación “no traumática” del tipo de cambio.

Aunque efectiva, la estrategia cambiaria elegida es de corto alcance en el tiempo. Con una inflación que hasta marzo se mantuvo por encima del 10% mensual, el lento ascenso del dólar oficial trajo inevitablemente una rápida pérdida de competitividad cambiaria.

Para medirla, el Banco Central elabora su Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (Itcrm), en base a la flotación de las monedas y de la inflación de los principales países socios comerciales de la Argentina.

Sobre una base 100 de equilibrio teórico, el Itcrm saltó con el dólar a $800 de 74 a 163 puntos. Esto es, de un tipo de cambio real muy atrasado se pasó a otro muy alto. Dicho margen, al cabo de poco más de cuatro meses, regresó en la última semana a 93 puntos, es decir, otra vez a una zona de equilibrio teórico, aún frágil debido a la persistencia de elevada inflación doméstica.

Entre otros puntos, el informe destacó que “la apreciación de la moneda se aceleró en los últimos días, debido a la suba del dólar a nivel global, que hizo que el Real brasileño vaya a operar en mínimos en más de un año”, de 5,27 reales por dólar, con alza de 8% en 2024.

Los economistas de Invecq Consultora Económica consideraron que “la devaluación de diciembre ha sido fundamental, pero también hubo otro factor clave: el cronograma de pago de las importaciones. Dado el esquema vigente, se liquidó solamente 27,5% de las importaciones devengadas durante el primer trimestre. Recién en mayo se cancelará el 100% de las compras externas -de los meses previos-”.

“Por otro lado, el nivel del Tipo de Cambio Real ya cayó 41% desde el 14 de diciembre y, de mantenerse el ritmo actual de depreciación, en el corto plazo podría retornar a los valores de noviembre. Pese a que Luis Caputo haya insistido en que dicha comparación no es correcta (por las diferencias en la política económica de ambos gobiernos), el nivel actual es 1) similar al de la salida del ‘cepo’ durante el gobierno de Cambiemos (4,5% superior al promedio diciembre 2015–abril 2018) que generó fuertes desequilibrios externos, y 2) 20% inferior al del primer semestre de 2019″, precisó Invecq. (Fuente: Infobae)