LAS PROVINCIAS PODRÍAN PONER TRABAS AL INGRESO DE CARNE PORCINA DE EEUU

Los ministros de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos ven riesgos sanitarios para la producción local y evalúan poner una barrera a los cortes importados.

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La cadena de producción porcina de la Región Centro reclamó en bloque al gobierno nacional que dé marcha atrás con la decisión de autorizar la importación de cerdos de Estados Unidos. Más allá de los efectos comerciales negativos, advirtieron que representa un "serio riesgo sanitario" debido a la presencia del síndrome respiratorio reproductivo porcino (PRRS) en los rodeos norteamericanos. Como respaldo, los gobiernos de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos advirtieron que podrían aplicar barreras sanitarias para impedir el ingreso de esa carne en sus territorios, una facultad constitucional que tienen las provincias como principio precautorio y en resguardo de la salud animal.

En una nutrida reunión convocada por la Federación Agraria Argentina (FAA), los actores privados y públicos de la cadena porcina debatieron ayer en Rosario. Además del titular de FAA, Omar Príncipe, participaron los ministros de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani; de Córdoba, Sergio Busso, y de Entre Ríos, Carlos Schepens. También referentes de la Universidad Nacional de Río Cuarto, de la Estación Experimental Inta Marcos Juárez y del cluster de la cadena porcina de Oncativo.

"Esperamos que se pueda dar marcha atrás en esta decisión y consensuar una medida para lograr promover la producción porcina, pero en Argentina, porque la decisión de abrir el mercado a la producción estadounidense genera mucho trabajo, valor agregado y mano de obra pero en Estados Unidos", ironizó Príncipe.

En la reunión se acordó armar un adamiaje técnico y científico que avale la posibilidad de fijar barreras sanitarias en la Región Centro al ingreso de carnes porcinas congeladas desde EEUU. El argumento es muy difícil de rebatir. El país está libre del PRRS, una enfermedad provocada por un virus que no afecta al consumidor sino sólo a los animales (ver aparte). "No afecta al consumo humano", aclaró Jorge Brunori, especialista del Inta Marcos Juárez, pero sí afecta a los rodeos. Aclaró que se trata de un virus "que azotó al mundo porcino" en muchos lugares y es una enfermedad endémica, que se controla pero no desaparece cuando se instala. "En Argentina somos libres de esta enfermedad y no deberíamos correr el riesgo de tenerla", agregó.

La estrategia sanitaria supera las diferencias políticas que tienen los gobiernos de las tres provincias y su posición frente al gobierno de Mauricio Macri. "En esto no hay una cuestión política, tiene que ver con resguardar un modelo productivo de la Región Centro", dijo Busso, el ministro cordobés, y consideró que "se pone en riesgo 15 ó 20 años de trabajo e inversión de toda la cadena sin ninguna justificación".

Para Contigiani es "incongruente" la medida que tomó el gobierno nacional, ya que en julio pasado, y a instancias del gobierno de Entre Ríos, el Senasa sacó la circular Nº16/2017, que prohibió la entrada de carne porcina de Uruguay por riesgo del PRRS. "Un mes después, el mismo organismo y el gobierno aprueban en sólo 24 horas un acuerdo con Estados Unidos para el ingreso de carne porcina de ese país", detalló.

El próximo paso, dijo, "será reunirse con colegios veterinarios, universidades y entidades científicas y técnicas para discutir la aplicación de una barrera sanitaria".

Schepens, de Entre Ríos, recordó que en Chile el ingreso de carne porcina proveniente de países con PRRS, aunque sea congelada, introdujo el virus y lo propagó. "El riesgo es que la carne se descongele, que alguien tire algún pedazo infectado y eso llegue a contactarse con un cerdo", alertó. Y explicó: "Si bien no es peligroso para los humanos, sí lo es para los animales, que tienen serios problemas reproductivos". El funcionario fue enfático: "No podemos sacrificar nuestro estatus sanitario".

El impacto económico

En FAA tomaron el reclamo que vienen realizando los pequeños y medianos productores nucleados en la entidad "que nos piden acciones gremiales concretas para defender su trabajo", dijo Príncipe. Además de las consecuencias comerciales de la importación de carne porcina, una eventual crisis sanitaria los pone en situación de desventaja frente a los empresarios de mayor escala, por los costos del tratamiento de una eventual enfermedad endémica.

"Hay países del primer mundo como Estados Unidos o algunos de Europa que conviven con el PRRS pero nuestra estructura productiva es muy diferente", indicó Brunori (Inta). En el país "tenemos muchísimos pequeños y medianos productores que la están peleando desde su chacra y agregarle el costo de tratar una enfermedad de este tipo podría sacarlos del sistema", indicó.

El promedio de pérdida de producción para los países afectados por este virus, en la etapa inicial, es de casi el 40 por ciento, según los técnicos.

El sector porcino ocupa en la Argentina 40 mil puestos de trabajo directo, según detalló Príncipe. El dirigente lamentó que mientras a la Argentina le costó entre 15 o 20 años de gestiones diplomáticas para lograr el ingreso de limones a Estados Unidos, la apertura de carnes de ese país sólo demandó 48 horas durante la visita al país del vicepresidente estadounidense, Mike Pence.

Para Busso "el problema no es de competencia", el problema "es que se puede tirar por la borda todo el capital sanitario que tiene la Argentina".

Productores, funcionarios y técnicos de provincias productoras de cerdos se reunieron ayer en la Federación Agraria.

"El problema es que se puede tirar por la borda todo el capital sanitario que tiene la Argentina", dijeron los ministros. (Fuente: La Capital)

01 de Septiembre (Valor Local)

 

 

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