CÓRDOBA: SIGUE CRECIENDO LA TASA DE DESEMPLEO

En el Gran Córdoba, la tasa de desempleo del segundo trimestre tocó el punto más alto en los últimos 15 años.

Los informes climáticos que suelen devorar los productores agropecuarios anticipan un arranque seco de la primavera, con lluvias escasas en las principales zonas agrícolas del país, que ya han ingresado en la ventana de siembra temprana de granos gruesos.

Si bien no son las condiciones ideales, están lejos del exasperante cuadro de deshidratación por el que pasa la economía, que seguirá en modo invierno, sin brotes a la vista y con 35 tensos días por delante hasta las elecciones generales que, se supone, serán una bisagra en el mar de incertidumbre, siempre y cuando haya un resultado definitivo.

Con poco oxígeno, la fase agónica de la actual gestión no levanta la vista del día a día, agobiada por una peligrosa dinámica inflacionaria y una presión cambiaria que, según empieza a especular el mercado, obligaría a sumar candados para “hacer más eficiente” el denominado cepo light.

Entre “rulos” y “bucles” para gambetear las restricciones, las miradas están ahora en el pago de los servicios de un bono que se colocó hace dos años (Bopomo 2020) y que moverá 24.720 millones de pesos (más de 400 millones de dólares).

La mitad de los inversores son fondos extranjeros y, aun cuando la tasa de Leliq supera el 80 por ciento, hay grandes dudas sobre una ambición pesificada, en proporción con los temores por una conversión al dólar, por la vía del contado con liquidación (pasar de pesos a dólares en el exterior, mediante la compra y luego venta de acciones o títulos de deuda que cotizan aquí y fuera del país).

A la capa macro se le adosan los capítulos de la economía real, con datos que son malos pero, además, “viejos” para la desbocada coyuntura.

En el Gran Córdoba, el mercado laboral del segundo trimestre arroja que, comparado con un año atrás, en promedio, más de 150 personas se han sumado, por día, a buscar empleo.

La cifra surge del total de la diferencia interanual entre desocupados, ocupados demandantes y subocupados que también aspiran a otros ingresos.

Si bien es cierto que la población en condiciones de trabajar creció en 11 mil personas, hay ocho mil ocupados menos y 19 mil nuevos desempleados en el último año.

Es más: el universo de desocupados, junto con ocupados y subocupados demandantes, equivale a la mitad de la población económicamente activa.

El economista Diego Dequino calcula que, en los aglomerados con más de 500 mil habitantes, son un millón de personas que se han sumado a la búsqueda de trabajo en los últimos dos años.

El fenómeno se completa con la persistente precarización (en el Gran Córdoba, el empleo no registrado ronda el 38 por ciento) y con las insignificantes expectativas de corto plazo.

Y habrá más: el último día de septiembre se conocerán los datos de pobreza y de indigencia del primer semestre, que tampoco contarán la película completa, pero que agigantarán la pesadilla de la herencia sobre la herencia. (Fuente: La Voz del Interior)

Fuente: (valorlocal.com.ar)