Los ejecutivos de Idea ven una incipiente recuperación en la economía

La entidad que reúne a hombres de negocios difundió su encuesta semestral. El sondeo reflejó mejores expectativas.

Los empresarios de la Argentina observan una “incipiente recuperación” de la economía, tras la larga noche que arrancó en 2018 con la crisis cambiaria del macrismo y no pudo despejarse por la irrupción de un hecho tan inédito para el mundo como la pandemia de Covid 19.

Si bien la reactivación es heterogénea, los ejecutivos prevén mayoritariamente que las ventas, las exportaciones, el empleo y la inversión se mantendrán igual o crecerán en los próximos doce meses, aunque el entusiasmo es menor en cuanto a la rentabilidad.

Por otra parte, la pandemia y la agenda de género se instalaron fuerte en la agenda empresaria al punto tal que la transformación digital abarca prácticamente a la totalidad de las empresas, el teletrabajo llegó para quedarse _al menos en un sistema híbrido o combinado_ y la gran mayoría de las compañías tienen políticas de inclusión y sustentabilidad.

Los datos surgen de la encuesta de Expectativas de Ejecutivos de Idea que realiza la consultora D’Alessio Irol, en base a un trabajo de campo desarrollado entre el 12 y el 21 de julio. “Es la encuesta 51 y una de las más representativas, con la muestra más grande, ya que respondieron 250 ejecutivos”, detalló Gustavo Cepeda de Idea, antes de que Eduardo D’Alessio y el economista Santiago Bulat, detallaran los resultados del testeo.

Los resultados de la encuesta, en todo su alcance, reflejan una mejoría respecto de la medición anterior, correspondiente al semestre pasado, aunque todas las esperanzas parecen estar cifradas en el año próximo. Y así lo muestran los números.

Consultados sobre la perspectiva de su situación económica para el próximo semestre, el 64% consideró que será peor (mucho o moderadamente), contra el 36% que prevé será igual o peor. Si bien es un dato desalentador, es mejor al del primer semestre del año, cuando las percepciones eran del 69% y 31% respectivamente. En ambos casos, “los servicios son los más golpeados en este momento”, indicó Bulat.

La mayor apertura de actividades por el levantamiento de las restricciones y la leve recuperación del ingreso por las paritarias son los motivos que explican las mejores perspectivas. En cambio, los empresarios apuntaron como aspectos negativos la inflación, la “falta de un plan económico”, la incertidumbre respecto del dólar (cepo, retraso del tipo de cambio), la gestión de la pandemia, la presión tributaria, el aumento del gasto público y el cierre de la economía.

Sin embargo, la encuesta de D’Alessio Irol compara habitualmente las previsiones o expectativas que tuvieron los empresarios en el semestre anterior con lo que efectivamente ocurrió. El número 100 representa lo mejor y 0 lo peor. En esta oportunidad, “la expectativa era 26 y la realidad fue 27”, dijo D’Alessio sobre los datos de julio. Y si se mira a futuro, las expectativas son de 32.

El punto más crítico de esta medición en los últimos tiempos se dio durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el sector empresario tenía una expectativa de 75 entre noviembre 2017 y abril de 2018 y la realidad mostró 31. “Fue un quiebre muy grande”, se angustió Bulat. Al ingreso de la pandemia, cuando se esperaba 45 y el índice cayó a 5, el valor más bajo desde la crisis de 2001.

Los empresarios se mostraron optimistas sobre la evolución del nivel de ventas para los próximos doce meses. El 62% considera que se mantendrán o aumentarán, cuando el 58% pensaba lo mismo en octubre de 2020. El resto cree que disminuirán.

Respecto de las exportaciones, el 75% considera que se mantendrán en el mismo nivel o aumentarán, cuando en octubre pensaba eso el 71%. En ese item, es mayor el porcentaje de los que considera que no habrá modificaciones (54%), frente al que considera que crecerán (21%).

En materia de inversión, el 57% estima que se mantendrán o aumentarán (36% y 21%% respectivamente), mientras que el restante 43 que disminuirán.

En términos de empleo, “se observa un freno en la caída”, explicó D’Alessio en el segmento privado registrado y planteó que hubo un cambio de tendencia desde la crisis cambiaria. El 62% de los empresarios dijo que considera que se mantendrá o aumentará (40% y 22% respectivamente), mientras que el 30% que caerá levemente y el 8% significativamente. “El saldo neto del empleo privado continúa siendo negativo, aunque en recuperación por segundo semestre consecutivo”, precisó el informe, es decir, “hay un freno en la caída”.

En este punto, D’Alessio destacó que la tendencia muestra que las empresas pequeñas toman más personal que las grandes. A la hora de analizar la rentabilidad, “en general continúa en retroceso”, dijo el titular de la consultora, ya que “menos de la mitad de la muestra (45%) puede mantener o aumentar en alguna medida la misma”. Igual, si bien “no hay un cambio de tendencia en cuanto a que va a aumentar, sí cae el número de empresas que dicen que va disminuir la rentabilidad”, agregó.

También la encuesta muestra una caída de inversiones como proporción de las ventas, aunque D’Alessio aclaró que ese porcentaje tradicionalmente es cercano al 12% promedio y este año fue del 15% lo que se explica porque se contabilizaron inversiones ya previstas en un momento en que las ventas se desplomaron, lo que alteró el índice.

En general, destacó que las inversiones se orientaron más a optimizar procesos que a ampliar capacidad instalada. “Fue un proceso propio de adaptación a la nueva normalidad, que hizo que las empresas enfrentan la digitalización y la adaptación a una nueva realidad en el manejo de las relaciones laborales”, agregó.

Aquí la digitalización ocupó un lugar clave. “No se trató de cambiar una máquina por una computadora, sino es una nueva visión de los negocios”, dijo el consultor. En eso se incluyen las acciones para adecuar a la empresa con los nuevos protocolos Covid y los cambios en el régimen de trabajo, algo que consideró “será más duradero” y trascenderá la pandemia.

Los empresarios piden la reforma impositiva, “el buen funcionamiento de las instituciones” y la reforma laboral. (Fuente: La Capital)