El titular del ente que controla la concesión del puerto de Rosario criticó la herencia recibida y expuso los planes de mediano y largo plazo.

En los próximos días el Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) definirá quién será la empresa adjudicataria para llevar adelante el trabajo de consultoría de los muelles franceses. Es el primer paso de un programa más ambicioso que incluye también la contratación de consultores para elaborar un plan estratégico para la terminal hacia el año 2050.

Realizar un análisis detallado del estado de los muelles y la infraestructura es una de las prioridades que se fijó el ente del control para este año, luego de un 2020 dedicado más intensamente al “ordenamiento” de la concesión.

El titular del Enapro, Guillermo Miguel, explicó que la consultoría de muelles demandará una inversión de aproximadamente u$s 30 mil y están en carrera dos empresas nacionales como la de Sergio Borrelli, AIC Estudios y Proyectos (de Gustavo Anschutfz) y dos internacionales como Valencia Port (Autoridad Portuaria de Valencia) y la consultora de Pablo Areco que está asociado al puerto de Rotterdam y en el país con el de Bahía Blanca.

Esta puesta en valor de los viejos muelles son el puntapié inicial del denominado Plan Estratégico 2050 que se propuso encarar la nueva gestión. El ente también avanza en la contratación de un servicio de consultoría para elaborar este programa, que será puesto a consideración de los distintos actores relacionados tanto con la actividad portuaria como de planeamiento urbano. El objetivo es tener una propuesta para fin de este año.

Atento a la instrucción del gobernador Omar Perotti, en el plan se va a definir el futuro del puerto comercial y también con la “ciudad puerto”, el área de integración con la ciudad que incluye la ex zona franca de Bolivia y la Estación Fluvial. En este último aspecto, también habrá novedades en los próximos meses. Si bien la concesión de ese espacio, que en rigor incluye a ocho locaciones, vence en 2022, la conducción del ente trabaja para una rescisión en acuerdo con el actual concesionario. “Se está negociando una salida anticipada”, dijo Miguel.

La intención de la nueva administración es darle una nueva cara comercial al lugar y planteó “concesionar los ocho espacios por separado” para lugares destinado a gastronomía, tecnología u otros usos. “No queremos más boliches bailables allí”, dijo.

Un año después de haber asumido, el titular del Enapro expuso los planes a futuro. Iniciativas de las que “seguramente nosotros sólo veremos un 10% realizadas”, dijo. El lapso transcurrido, explicó, fue dedicado fundamentalmente a “ordenar” la situación administrativa y económica del ente que administra y controla la concesión del puerto a dos terminales privadas, más La Fluvial.

Miguel fue muy crítico de la herencia recibida y su fue formalizado en distintas presentaciones a la Sindicatura General de la Provincia (Sigep) y que no descarta que terminen en presentaciones judiciales. “El Enapro administra bienes del dominio público por eso eso el primer desafío de la gestión fue recuperar cierta estatalidad, nunca se interpretó en la gestión anterior que esto era un ente de control y no una agencia inmobiliaria”, disparó.

  • LA PESADA HERENCIA

El titular del Enapro se quejó porque “la administración anterior había borrado mails de la presidencia, no consultaba al directorio, a tal punto que los directores no firmaron las últimas ocho actas de las reuniones del ente”. También cuestionó el intento, luego desbaratado, de extender por 25 años la concesión a TPR, cuya concesión termina en 2032. “TPR debía realizar una inversión de u$s 25 millones, pero descontando la carga impositiva y el costo del financiamiento que tomarían para hacerse cargo, el desembolso era de apenas u$s 10 millones mientras que el Ente debía aportar u$s 40 millones”, relató. También se encontró con atrasos en el cobro del cánon. “Cuando llegamos debían $ 80 millones y un plan de refinanciación. Ahora está pago ese convenio y se desembolsa según dice el pliego, no más con cheques diferidos”, señaló.

Con el cambio de conducción, una de las prioridades fue cobrar deudas pendientes, como el derecho de ley de entrada, una tasa que el Enapro cobra a los buques que remontan el Paraná, a cuenta del Estado nacional, a cambio de una comisión. “En 60 días se cobraron deudas pendientes durante cuatro años por derecho de ley entrada de $ 45 millones”, explicó. Al Enapro le corresponden $ 8 millones.

Miguel señaló que con la actualización de ingresos y la reducción de gastos (publicidad bajó de 13,4 millones en 2019 a $ 96.250 en 2020), el patrimonio neto creció en casi $ 105 millones, al pasar de $ 252,7 millones a $ 357,03 millones el año pasado.

En este proceso, las inversiones en bienes de uso pasaron de $ 8,2 millones a $ 30 millones. Se instalaron cámaras de vigilancia en la isla Sabino Corsi, se acondicionó el muelle y el ente compró dos vehículos y una lancha integrada al sistema de emergencia y control. Este sistema permite, por ejemplo, aportar datos en detalle al Municipio y la provincia sobre focos de incendio.

Una de las intervenciones más importantes de la actual gestión fue en la ex Zona Franca Paraguaya, un terreno de 3,5 hectáreas que en 2019 volvió a la órbita de la Nación y como correlato a la provincia. Está bajo la órbita del Enapro y ubicado en una zona aledaña a las instalaciones concesionadas por TPR. Allí el ente proyecta readecuar los 240 metros de muelles para prestar diversos servicios a la navegación, como alquilar y dar amarre a los remolcadores. “En un momento en que el río comenzó a bajar nuevamente es muy demandado el servicio de remolque y allí tenemos un espacio de doble rada para ofrecer a estas empresas”, detalló Miguel. Allí el Enapro desembolsó u$s 3,3 millones en la reforma sobre la que proyectan una renta anual de 400 mil dólares.

Estas inversiones, el diagnóstico sobre el estado de los muelles y la diagramación de un Plan Estratégico apuestan a dinamizar una concesión que presentó diversas dificultades desde su puesta en marcha en 2002. Los “principios fundamentales” sobre los que se pretende avanzar incluyen la definición de defender el puerto comercial. “No se puede pensar en un puerto de la música en este esquema”, dijo Miguel.

El Ministerio de Producción realizó encuesta a 1.800 empresarios para ver que puede aportar el puerto a su logística. La geopolítica de la pandemia hoy plantea nuevas dificultades ya que el tráfico de contenedores se concentra en Asia Pacífico y se encarecen los costos de traslado a destinos más alejados como la Argentina. Por otro lado, los planes para la hidrovía, el desarrollo del complejo hidroviario hacia el norte de la vía navegable y la posibilidad de sumar cargas e inversiones abren nuevas oportunidades. (Fuente: La Capital)