La iniciativa, primera en su tipo en la Argentina, busca acercar los alimentos del campo a la mesa y pone a disposición del público productos con agregado de valor, elaborados de manera artesanal por emprendedores de pequeña y mediana escala que reciben asesoramiento técnico.
El INTA abrió su primer almacén para emprendedores familiares. Se trata de Alma Rural, un espacio de comercialización –creado por el instituto, con la participación de la Fundación ArgenINTA y de INTEA S. A.– dentro del Mercado del Patio de Rosario (Santa Fe) inaugurado el lunes pasado .
La iniciativa, primera en su tipo en la Argentina, busca achicar el recorrido que hacen los alimentos del campo a la mesa y pone a disposición del público productos con agregado de valor, elaborados de manera artesanal por emprendedores de pequeña y mediana escala que reciben asesoramiento técnico.
Los productos a la venta provienen de pequeñas y medianas agroindustrias y emprendimientos de economía social –como cooperativas– que reciben algún tipo de apoyo técnico del instituto o del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Para su selección, se tienen en cuenta las condiciones socioculturales de elaboración a fin de resguardar las tradiciones culinarias y la biodiversidad productiva de los territorios de la Argentina.
La apertura fue encabezada por Miguel Lifschitz –gobernador de Santa Fe–, Amadeo Nicora y Héctor Espina –presidente y director nacional del instituto, respectivamente–.
En la oportunidad, Lifschitz destacó el impacto para los consumidores. “La idea es ofrecer productos de primera calidad, muy diversificados y orgánicos, a precios mucho más económicos que un supermercado. Al mismo tiempo, “está pensado como un lugar para el encuentro, el turismo y la familia”, expresó el gobernador.
Además, resaltó la articulación con el INTA y con otras entidades que posibilitaron la ejecución del proyecto que “seguramente se convertirá en un centro de convocatoria y de atracción para la ciudad y para la región”. “Estamos muy contentos, ya que gracias al apoyo del INTA, de la FAA, de Agricultores Federados y de muchas cooperativas, hoy es exponer toda la diversidad productiva que tiene la provincia de Santa Fe”.
En tanto, Nicora consideró estratégico el trabajo en nuevas modalidades de venta, debido que a la comercialización permite “cerrar circuitos y potenciar las producciones”. En esta línea, señaló que “el almacén del INTA constituye una innovación organizacional que será un verdadero laboratorio en el proceso de perfeccionamiento de la actividad productiva”.
Por su parte, Espina opinó que “el espacio tiene mucho de emoción, no solamente por el trabajo de los productores, sino por el trabajo interinstitucional que implica”. Así, destacó la articulación con el municipio, el gobierno de la provincia, los productores y las asociaciones, entre muchos otros actores. Para el director, el local del INTA “es un espacio que permitirá mejorar día a día la comercialización de los productos elaborados por pequeños agricultores y cooperativas de todo el país, para que ganen espacio en un mercado muy europeo, en el sentido de que debería haber un mercado de este tipo en cada pueblo”.
De acuerdo con Hugo García, director ejecutivo de la Fundación ArgenINTA, el espacio inaugurado es un “mercado de cadena corta que reduce el costo de la intermediación y le permite a productores y organizaciones de productores la comercialización directa al consumidor”. De esta manera, “se logra un punto de venta permanente que incrementa los ingresos de los productores santafesinos y, a su vez, beneficia al consumidor al acceder a alimentos frescos, de calidad y con mejores precios”, argumentó.
En este sentido, García aseguró que esta iniciativa contribuye a resolver “una de las principales limitantes para lograr el desarrollo de los territorios como es la dificultad de los productores primarios o de las pequeñas agroindustrias para encontrar mercados, donde comercializar su producción de manera permanente”.
El proyecto profundiza la acción del programa Del Territorio al Plato, también llevado adelante por el INTA y la Fundación ArgenINTA. “Buscamos valorizar los alimentos a través de la gastronomía de las distintas regiones del país y, así, aumentar la demanda de productos regionales primarios y elaborados mediante un mayor conocimiento de sus características y de sus formas de utilización”, detalló García.
Consumo informado
En los puntos de venta, podrán ofrecerse productos elaborados con materias primas locales desde el sector privado a partir del vínculo con el INTA, que posean algún tipo de agregado de valor y cuenten los registros comerciales pertinentes. Además, se estima que estos productos deben comprender entre el 70 y el 80 % del total comercializado.
“Es clave la cantidad y calidad de información que se brinda al consumidor para que él mismo conozca el producto, al productor y los valores de la tienda y del INTA, aspectos que serán determinantes en la experiencia de compra y en el impulso de recompra”, dijo Guillermo Castro Feijóo, especialista de la Unidad Integrada de Apoyo a las Iniciativas Rurales de la Fundación ArgenINTA
Por esta razón, el local cuenta con cartelería, folletos, página web y otras herramientas que promueven la visibilidad de los alimentos, de su territorio de origen y de las familias o grupos de emprendedores que los elaboran. (Fuente: infocampo)
28 de Septiembre (Valor Local)